“Este año la gente salió más hacia el interior y se quedó entre tres y cuatro días en las posadas. Me parece que no somos competencia para los hoteles, porque las posadas ofrecen opciones diversas entre sí”, afirmó Valverde, destacando el papel complementario del sector extrahotelero.
La titular sostuvo que la Semana Santa estuvo marcada por un clima favorable. “Solamente un día llovió en algunas localidades, pero la gente tenía muchas ganas de salir y participar de todas las actividades relacionadas con el turismo, como los Vía Crucis y el recorrido de iglesias”, comentó. Además, resaltó que se registró una importante afluencia de turistas internacionales, especialmente de Argentina, Brasil, España y Alemania.
Valverde también insistió en la necesidad de mejorar la articulación entre las instituciones públicas y el sector privado. “Falta que las municipalidades, gobernaciones y la Senatur trabajen más coordinadamente con nosotros. Generar actividades es clave para que la gente decida quedarse más tiempo en las posadas”, remarcó.
Según un sondeo realizado por la Reptupy, varios establecimientos reportaron ocupación total e incluso sobredemanda. En la Cabaña Paso de Patria, por ejemplo, se alcanzó el 100% de ocupación desde el Jueves Santo hasta el martes siguiente. Allí se hospedaron 29 personas, principalmente provenientes del área metropolitana.
En la Posada Mburukuja Poty, los visitantes disfrutaron de la piscina climatizada y del amplio jardín. Además, se organizaron actividades gastronómicas como la tradicional chipa apo con los huéspedes, quienes mayoritariamente eran de Asunción y Formosa.
La Casa de Barrero, ubicada en Eusebio Ayala, también reportó un flujo constante desde el miércoles hasta el sábado. Según los administradores, los visitantes priorizaron servicios como quincho con parrilla, tatakua, piscina grande, wifi, zonas de camping, fogata, braseros decorativos y ambientes climatizados, además de que el lugar fuera pet-friendly.
Una situación notable se vivió en la Posada Turística Guyra Raity de Yabebyry, Misiones, donde la capacidad habitual fue ampliamente superada. “Hospedamos por lo menos tres veces más de lo habitual. El movimiento fue superior al de años anteriores, sobre todo por las actividades culturales, religiosas y de pesca”, detallaron desde el emprendimiento. Los turistas llegaron desde distintos puntos del país, además de un considerable número de visitantes argentinos.
“El tatakua se volvió un elemento decisivo para las reservas. Hay huéspedes que buscan todas las comodidades, y otros que prefieren cocinar ellos mismos y vivir una experiencia más autóctona”, concluyó Valverde.