Los trabajos de instalación avanzan con intensidad y, según el ingeniero Pedro Domaniczky, superintendente de Energías Renovables de la Margen Derecha, el cronograma depende exclusivamente del clima. “Tenemos todo listo para iniciar el lanzamiento de los segmentos; lo único que hoy condiciona el proceso son las lluvias y los vientos en el embalse”, explicó. De acuerdo con el plan, la fase inicial contempla el despliegue de diez segmentos que, en conjunto, alcanzarán una capacidad de 1.116,72 kWp.
El montaje incluye 1.650 paneles solares bifaciales, de 705 vatios pico cada uno, ensamblados sobre 4.200 flotadores de polietileno de alta densidad (PEAD), con marcos de apoyo de aleación de duro aluminio, especialmente diseñados para resistir condiciones extremas en ambientes acuáticos.
El proyecto posiciona a Paraguay dentro de un grupo selecto de países que apuestan por la energía solar flotante, una tecnología todavía emergente en la región y con presencia incipiente en naciones como Chile y Brasil. Para Domaniczky, la instalación marca el inicio de una nueva etapa en la estrategia de Itaipú: “Estamos hablando de un paso histórico: Itaipú pasa de 14.000 MW a 14.001,1 MW, lo que significa romper el paradigma de generación exclusivamente hidráulica e ingresar a un esquema de generación múltiple”.
La iniciativa está concebida como planta piloto, pero con una hoja de ruta clara hacia su expansión. Tras esta primera fase, el plan prevé crecer hasta 10 megavatios y luego escalar a diferentes puntos del embalse, multiplicando la capacidad instalada. En el mediano plazo, Itaipú aspira a convertirse en una de las centrales de generación múltiple más importantes del mundo, integrando energía hidráulica y solar de forma complementaria.
Uno de los objetivos inmediatos de la planta es cubrir parte del consumo interno de la central y áreas cercanas, lo que permitirá liberar más energía para la distribución en los mercados de Paraguay y Brasil. El beneficio es doble: mejora la eficiencia de la represa y abre la puerta a discutir un modelo tarifario renovado en etapas posteriores.
Además, la experiencia impulsa un fuerte componente de transferencia de conocimiento. El proyecto involucra un consorcio binacional que reúne a empresas con trayectoria en Brasil y Paraguay, con el propósito de capacitar y preparar talento local. Tal como ocurrió en los inicios de Itaipú, este know-how puede proyectar a ingenieros y técnicos paraguayos hacia proyectos regionales y globales.
Otro factor esencial es el impacto ambiental positivo. Al instalarse sobre el agua, los paneles reducen la evaporación del embalse, lo que a su vez favorece una mayor generación hidroeléctrica. A esto se suma la ventaja de no ocupar superficies de bosque o suelo agrícola, preservando el entorno mientras se amplía la producción de energía limpia.
Para Itaipú, el proyecto también representa una oportunidad estratégica: crear empleos, abrir nuevas líneas de investigación y replicar la experiencia en otros espejos de agua del país, como Yacyretá, Acaray o el propio Yguazú.