Desde el sector privado, las miradas son diversas y muchas veces contrapuestas. En ese sentido, InfoNegocios conversó con Jorge Bernardes, presidente del Club de Ejecutivos del Paraguay, quien recordó que entre sus más de 700 socios conviven rubros muy distintos, por lo que la lectura no puede ser única.
“Un feriado puede tener demasiadas formas de ver y analizar. A muchos que están en el área de entretenimiento, retail, gastronomía o turismo les conviene y mucho, porque fomenta el consumo y la actividad social. Pero, por otro lado, hay industrias y sectores productivos que lo sufren porque implica pagar horas extras o directamente frenar la producción”, señaló.
Existe un lado positivo en cuanto al consumo y turismo interno, algo innegable. Además, el entusiasmo de los paraguayos por el fútbol explica en gran medida la posibilidad de un feriado tras un eventual triunfo albirrojo. En este caso, el beneficio para bares, restaurantes, shoppings, hoteles y el sector de entretenimiento es evidente. La extensión del fin de semana, sobre todo cuando el feriado cae un viernes, es vista como una oportunidad para dinamizar el turismo interno y las actividades sociales.
Bernardes se mostró partidario de aprovechar estratégicamente estos movimientos: “Yo soy partidario de mover los feriados a los viernes, porque ahí la gente puede aprovechar para hacer turismo interno, lo cual también favorece al desarrollo de la economía”.
En esa línea, consideró que un feriado posterior a un partido histórico puede leerse como un acompañamiento del Estado al ánimo colectivo, con efectos positivos para los sectores orientados al consumo.
Sin embargo, no todas las empresas salen ganando. En contraposición, la normativa laboral obliga a pagar doble a quienes trabajan en feriados, lo que representa un costo considerable para industrias con gran cantidad de empleados. En otros casos, directamente se paralizan líneas de producción o se retrasa la entrega de servicios.
“Muchas empresas que necesitan que los colaboradores vayan a trabajar no van a poder contar con ellos o tendrán que pagar doble. Imaginá una empresa que tenga mil funcionarios que sí o sí necesitan operar. Eso impacta en la estructura de costos y en la competitividad”, advirtió Bernardes.
El líder empresarial resaltó que, en este sentido, los feriados tienen un efecto desigual: mientras unos sectores celebran, otros enfrentan complicaciones operativas y financieras.
La posibilidad de que el Ejecutivo decrete hasta tres feriados extraordinarios al año genera tanto expectativa como cautela en el sector privado. Para Bernardes, la clave está en la previsibilidad y en no abusar de la figura: “Hay que tener cuidado de no caer en un esquema como en Argentina, donde cada semana o cada quince días hay feriados. Eso afecta al desarrollo”, opinó.
En su mirada, el desafío es encontrar un equilibrio que permita aprovechar los efectos dinamizadores del consumo sin desatender el impacto que recae sobre las empresas industriales y de servicios que requieren continuidad operativa.
Más allá de la coyuntura futbolística, los feriados en Paraguay reflejan la tensión permanente entre el deseo de descanso, consumo y esparcimiento de la ciudadanía y la necesidad de productividad y eficiencia del sector privado. La nueva ley busca dar orden y coherencia a la dispersa normativa que existía hasta ahora, pero también abre la puerta a un debate recurrente: ¿Hasta qué punto los feriados fortalecen la economía y cuándo empiezan a convertirse en un freno?
Lo cierto es que, gane o no Paraguay este jueves, el tema de los feriados ya está instalado en la agenda del sector privado y representa mucho más que un simple día libre: es un termómetro de cómo se mueve la economía nacional.