Los países en desarrollo pagaron US$ 741.000 millones más en servicio de deuda de lo que recibieron en nuevo financiamiento entre 2022 y 2024, la mayor brecha en 50 años. En este contexto global de estrés, Paraguay presenta una situación de relativa contención, con una deuda pública que se mantiene en niveles manejables, aunque no exenta de presiones por el alza global de las tasas de interés.
Según el organismo multilateral, la deuda externa total de las economías de ingresos bajos y medios alcanzó un récord de U$ 8,9 billones en 2024. Los intereses promedio pagados a acreedores oficiales y privados son los más altos en 24 y 17 años, respectivamente.
Esto llevó a que estas naciones destinen un monto histórico de US$ 415.000 millones solo al pago de intereses, recursos que se restan de inversiones sociales y productivas.
Frente a este escenario, los datos de Paraguay hasta septiembre de 2025 muestran un cuadro más aliviado. La deuda pública total del país alcanzó los US$ 19.919 millones, lo que equivale a aproximadamente el 41% de su Producto Interno Bruto (PIB). Esta ratio se sitúa por debajo del promedio regional y está muy lejos de los niveles críticos que exhiben otras economías.
Composición de la deuda: La mayor parte (86%) es deuda externa, predominantemente denominada en dólares (81.6%). No obstante, el gobierno inició emisiones de bonos en guaraníes para reducir esta dependencia cambiaria.
La deuda se distribuye entre tenedores de bonos (46%) y organismos multilaterales (41.4%). Cerca de dos tercios están a tasa fija, lo que brinda certidumbre ante posibles subidas de tasas.
A pesar del espacio fiscal del que goza, Paraguay no es inmune a los riesgos globales. El país depende fuertemente del financiamiento externo y la dolarización de su deuda lo hace vulnerable a la volatilidad cambiaria. Además, el informe del Banco Mundial subraya que el alto costo del endeudamiento a nivel mundial podría complicar las futuras renovaciones de deuda o financiamiento para proyectos de inversión.
El economista de Cadep, Rodrigo Ibarrola hizo una precisión técnica sobre el informe del Banco Mundial, sobre la deuda de Paraguay. Recordó que el PIB mide el valor total de todos los bienes y servicios producidos dentro del territorio nacional, sin importar si son nacionales o extranjeros, mientras que el INB mide el ingreso total ganado por los residentes nacionales, sin importar dónde se genera ese ingreso.
En resumen, explicó que el INB excluye la producción extranjera en el país y el PIB excluye la producción de paraguayos residentes en el exterior. Esto significa que dependiendo del volumen de cada una de esas variables el INB será mayor o menor que el PIB
“En nuestro caso, el INB es menor que el PIB, porque mucha producción local es propiedad de extranjeros. Para 2025 proyectado, el INB es de US$ 42.964 millones y el PIB es de US$ 47.398 millones”, observó. En conclusión, agregó que el peso de la deuda depende también del indicador con el que se contrasta para saber si es elevado o controlable.