El país del Golfo se ha convertido en una de las economías más dinámicas y diversificadas del mundo, con una estrategia que integra comercio exterior, logística avanzada, inversiones globales y políticas de seguridad alimentaria.
De acuerdo con datos proporcionados a nuestro medio por la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), las exportaciones paraguayas a Emiratos Árabes Unidos entre 2018 y 2024 superaron los US$ 160 millones, con fluctuaciones año a año pero con episodios de expansión que demuestran la capacidad del país para insertarse en mercados exigentes.
En contraste, las importaciones desde Emiratos se mantuvieron en niveles marginales durante todo el periodo analizado, lo que dejó a Paraguay con un saldo comercial ampliamente positivo. Esta asimetría confirma que la relación está estructurada principalmente como un flujo unilateral desde Paraguay hacia el Golfo, con bienes que responden a necesidades estructurales de abastecimiento de EAU.
El comportamiento de las exportaciones paraguayas tuvo su punto de partida más destacado en 2018, cuando alcanzaron US$ 32,5 millones. Sin embargo, el desempeño cayó significativamente en 2019, cerrando en aproximadamente US$ 22,7 millones, en un contexto influido por cambios en los mercados internacionales y variaciones en los precios de los commodities.
La recuperación se produjo gradualmente, aunque con un desempeño moderado en 2021, que cerró en torno a US$ 15 millones. El salto más relevante se produjo en 2022, año en el que las exportaciones paraguayas a Emiratos treparon hasta los US$ 35 millones, convirtiéndose en el mejor resultado del periodo. Luego, el flujo volvió a disminuir, con US$ 25,8 millones en 2023 y US$ 22,4 millones en 2024, cifras que, aunque menores, consolidaron a Paraguay como proveedor constante de alimentos y materias primas.
Mientras tanto, las importaciones desde Emiratos Árabes Unidos permanecieron sistemáticamente por debajo de los US$ 90.000 anuales. La magnitud de este número, prácticamente simbólica frente al total exportado, es una señal de que Emiratos no es un oferente activo en el mercado paraguayo. Esto se explica, en parte, por el perfil de producción de EAU, orientado a servicios, reexportación y productos de alto valor, más que a bienes industriales de rotación masiva en mercados emergentes como Paraguay. El efecto agregado de esta estructura fue una balanza comercial ampliamente favorable para Paraguay durante los siete años analizados.
Los productos exportados desde Paraguay estuvieron dominados por oleaginosas, azúcar de caña, carne y menudencias bovinas, aceites vegetales y derivados de la soja. Varios de estos rubros tuvieron picos sobresalientes, como el caso del sésamo, que registró un crecimiento brusco en 2022 y consolidó un valor por encima de los US$ 3 millones en 2023. La carne bovina, rubro emblemático del país, contó con envíos regulares en distintos periodos, en un segmento altamente competitivo donde Paraguay busca reposicionarse con atributos ligados a calidad, certificación halal y sostenibilidad. A estos se suman aceites vegetales y otros derivados industriales que representan un valor añadido dentro de la cadena agroalimentaria.
El contexto económico de Emiratos añade atractivo para las empresas paraguayas. Con una economía basada en comercio global, logística aérea y marítima de alta capacidad, y políticas activas para fortalecer la seguridad alimentaria, el país del Golfo importa más del 80% de los alimentos que consume. Asimismo, su estructura poblacional, con alta presencia de expatriados y elevado poder adquisitivo, convierte a EAU en un destino ideal para alimentos premium y productos diferenciados.
Desde la visión de Rediex, este posicionamiento representa una oportunidad para que Paraguay deje de ser solamente proveedor de commodities y empiece a avanzar hacia cadenas con mayor valor agregado.
El desafío inmediato está en consolidar presencia, aprovechar la plataforma logística de Dubái como centro de reexportación y promover acuerdos que faciliten la inversión cruzada. Emiratos Árabes Unidos ya mantiene interés en sectores como agronegocios, energía renovable, logística y tecnologías alimentarias, áreas en las que Paraguay tiene activos estratégicos para ofrecer. La balanza comercial favorable observada entre 2018 y 2025 no representa un punto de llegada, sino un punto de partida para una relación económica que tiene capacidad de crecer en volumen, sofisticación y permanencia.
En el marco del Día Nacional de EAU, el Espíritu de la Unión no es solo una consigna histórica, sino también una invitación a construir vínculos estratégicos. Para Paraguay, el camino ya comenzó: las cifras muestran que el vínculo existe, pero la oportunidad está en expandirlo hacia una agenda de cooperación económica más profunda, moderna y duradera.