El intendente explicó que el financiamiento del Banco Mundial forma parte del programa Resiliencia Urbana, que contempla una intervención integral en Asunción. Este paquete incluye la transformación del centro histórico, la revitalización total del Parque Caballero y la construcción de un barrio modelo en la Chacarita, conformando así un plan que busca recomponer la relación de la ciudad con su patrimonio, sus espacios públicos y su franja costera.
El centro como protagonista
La primera fase comenzará sobre Paraguayo Independiente, donde el cambio será visible “en los próximos meses”. Bello adelantó que el rediseño unirá la Plaza de la Democracia con las plazas circundantes, llegando hasta la Plaza Uruguaya. Las veredas serán más amplias —al estilo de las avenidas porteñas—, se incorporará mobiliario urbano nuevo y las calles tendrán adoquinados y un tratamiento especial para recuperar el carácter histórico del microcentro.
El intendente explicó que estas obras son parte del objetivo de reconectar el centro con la ciudadanía, generar tránsito peatonal, dinamizar comercios y recuperar el rol del casco histórico como corazón de la capital.
Ya se completó el soterramiento de cables en calle Palma y en el entorno de la Plaza Uruguaya, y continúan los trabajos en la Costanera Norte, motivo por el cual un carril permanece cerrado.
Aunque aún no existe una fecha oficial de finalización, Bello estimó que la ejecución total demandará entre dos y tres años, considerando que incluye también la revitalización integral del Parque Caballero, cuya obra ya fue adjudicada.
El diagnóstico urbano: “El centro expulsa habitantes”
Para el urbanista Fernando Maidana, la inversión es urgente, pero debe ir acompañada de una nueva política de vivienda y movilidad. “Asunción está expulsando habitantes, y el centro histórico aún más”, alertó. Destacó que durante años hubo una matriz impositiva desactualizada, donde los impuestos del microcentro eran más altos que los de zonas corporativas como Santa Teresa. La reciente reducción del 55% al impuesto inmobiliario —más un 25% extra para inmuebles patrimoniales— es un paso en la dirección correcta, pero insuficiente sin una estrategia habitacional.
Maidana remarcó que revitalizar solo el espacio físico no basta: se debe pensar en la vida cotidiana de quienes habitan y trabajan allí. Calles deterioradas, veredas rotas, cables colgando como “telarañas”, falta de verde y un transporte público deficiente han vuelto hostil al microcentro.

“La gente no vuelve a vivir al centro porque no es cómodo ni seguro”, afirmó. “Revitalizar implica priorizar al peatón, mejorar el transporte, ensanchar veredas, agregar sombra, limpiar el cableado y construir con los propios comerciantes y vecinos”.
Un nuevo escenario económico y social
La intervención, consideró Bello, tendrá impacto directo en comercios, turismo y vida urbana: más ferias, más tránsito peatonal y un centro renovado que pueda volver a atraer residentes. “Estamos tratando de que el centro vuelva a ser el corazón de Asunción”, resalta.
Luis Bello, intendente de Asunción