Laguna es científica de datos en BBVA Data & Analytics, además de mamá de dos niños. Tras su primera experiencia como madre en 2016 tuvo la inquietud de entender cuál era la necesidad que se ocultaba detrás del llanto de su bebé, de manera que surgió la hipótesis de que estos poseen diferentes patrones y pensó que tal vez podrían ser descifrados con inteligencia artificial.
Con todo esto, pensó que un medio de expresión oral como el llanto también podía ser analizado, por lo que quiso desarrollar un algoritmo capaz de identificar los diversos tipos. Así fue que comenzó a observar y grabar a su bebé diariamente durante el periodo de cuatro meses con la intención de obtener muestras de al menos 10 segundos y configurar una amplia base de datos con etiquetas como: hambre, dormir, pañal, cólicos, gases o mimos.
Según Laguna, el algoritmo es una red neuronal artificial, que aprende lo que se le enseñe pero necesita más detalles para encontrar patrones, de modo que recurrió a los espectrogramas, es decir, representaciones gráficas del espectro de frecuencias sonoras, cuya función es mostrar frecuencias altas y modulaciones de amplitud, entre otras cosas, o bien, particularidades que el oído humano no es capaz de identificar.
Sin embargo, uno de los problemas de la científica es la necesidad de más modelos para ampliar su base de datos, ya que trabaja de acuerdo a los audios proporcionados por su hijo, este año tuvo otro, pero para poder desarrollar su IA (inteligencia artificial) con mayor fiabilidad, necesita más grabaciones de llantos correspondientes a otros niños, puesto que no puede basarse solo en los suyos, que además son hermanos, y que generaría una imprecisión en su investigación.
Por este motivo Ana Laguna decidió a principios de este año dar a conocer su trabajo para obtener la ayuda de otros padres en una tarea que considera de interés social. La científica trabaja con la ONG So Good Data a través de la cual lanzó una campaña de donación que consiste en que los padres graben y donen los llantos de sus hijos.
El proyecto es denominado “Traducción de llantos de bebés” y además del archivo de audio es necesario que los interesados en colaborar aporten los siguientes datos: el motivo del llanto, la nacionalidad de los padres, los meses de vida del bebé y el sexo. La especificación de la nacionalidad de los padres es bastante importante y se debe a cuestiones de prosodia, rama de la lingüística que estudia la entonación de las palabras, que de acuerdo al idioma natal de los padres, la prosodia será diferente en cada individuo.
Después de un mes y, mediante técnicas de future engineering y data aumentation, Laguna logró una base de datos de 1.200 audios y la muestra, más versátil actualmente, arrojó resultados como, por ejemplo, que el 24% de los llantos son producidos por el hambre. La importancia de esta investigación y futura aplicación móvil reside en el beneficio social que brindará no solo a padres primerizos, sino a la detección temprana de posibles enfermedades como el autismo.
Los padres interesados en cooperar con el proyecto pueden acceder a este link.