“Los productos de Emiliana que estarán presentes en el Agroshopping serán: los tintos y blancos de la reserva Adobe, como también los tintos de Novas y las estrellas de Emiliana, Gé y Coyam” comentó Antonella Volpe, Brand manager de la marca.
SOBRE EMILIANA
Desde 1998 Emiliana se propuso en sus vendimias andinas, vinos que compitieran en calidad con cualquier producto semejante en el mundo. Para lograr su objetivo, desarrollaron un trabajo agrícola enfocado en la producción sustentable y libre de productos tóxicos para el medio ambiente y las personas. Así fue como poco a poco comenzó la conversión de sus viñedos y a la par se llevaron a cabo programas de responsabilidad social. Una década más tarde, lo que comenzó como un sueño, se plasma en un portafolio completo y diferenciado de vinos de la más alta calidad, creando una armonía con el medio ambiente, los viñedos y las personas.
“En 1986 comienza la búsqueda por encontrar los mejores valles para cada cepa y así elaborar vinos de excelente calidad y personalidad. Después de 12 años de localizar los mejores valles para cada variedad, Emiliana da origen a un proyecto único en Chile, incorporar la agricultura orgánica y biodinámica en sus campos: nace así Viñedos Emiliana S.A. Luego en el año 2001, se convierte en la primera viña chilena que adopta voluntariamente los estándares internacionales del cuidado y protección del medio ambiente a través de la certificación ISO 14.001”, comenta César Morales, gerente de Enología de Emiliana, quien hace poco estuvo de visita en nuestro país.
AGRICULTURA ORGÁNICA
Cada uno de los viñedos de Emiliana es un fiel reflejo de las prácticas orgánicas basada en dos conceptos generales: el fomento del desarrollo de la biodiversidad y la ausencia de agroquímicos (pesticidas, herbicidas, fertilizantes).
La biodiversidad consiste en fomentar el desarrollo y coexistencia de varias especies distintas dentro de un mismo espacio físico o hábitat. Esto se consigue mediante el uso de corredores biológicos y cultivos asociados.
Los pesticidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos son reemplazados por productos naturales y de origen biológico. El compost, por ejemplo, es producido con hollejos, escobajos, residuos vegetales y guano de animales. La maleza, por su parte, es controlada en forma mecánica y a través de animales que se alimentan de ella (alpacas, gansos y caballos). Y para el abono, se siembran gramíneas y leguminosas que aportan nitrógeno al suelo.
El objetivo final de este tipo de agricultura es producir alimentos más sanos sin el empleo de productos químicos. Y, por otro lado, revertir los problemas generados por la agricultura tradicional: degradación de suelos, desertificación, contaminación ambiental, pérdida de diversidad genética y presencia de residuos tóxicos en las cosechas, por mencionar algunos efectos.