Desde el punto de vista de uso tiene una pega: la diferencia con las pantallas planas se nota al escribir en su teclado, ya que la distancia desde el marco a las letras no es la misma y cuesta un poco acostumbrarse.
LG continúa apostando en este G4 por su característico diseño sin controles en los laterales: las teclas de volumen, y de encendido y apagado, están situadas en la parte trasera del móvil, bajo la cámara, y se controlan con el dedo índice. Esta característica ya estaba presente en las dos versiones anteriores del terminal como una alternativa para facilitar el control con tamaños de pantalla grande, y también para que zurdos y diestros tengan las mismas comodidades a la hora de subir y bajar el volumen, bloquear el teléfono o activar algunas aplicaciones. Tras unos días de uso, utilizarlas pasa a ser un gesto completamente natural.
La sorpresa más agradable y original del diseño es su carcasa trasera, hecha con cuero natural tratado a mano en el que se ha utilizado un proceso de tostado vegetal. Además de elegante y con un aspecto de calidad, hace que el agarre sea más seguro y hace difícil que el teléfono se resbale de las manos.
LG G4, el asalto al trono de Android
Al coger por primera vez el LG G4 se percibe algo diferente: su diseño curvado. Basta con ponerlo bocarriba sobre una mesa para ver que "baila sobre ella". Además de la carcasa, la pantalla también tiene una ligera curva. Es por seguridad, ya que persigue evitar la rotura de las pantallas cuando el terminal cae al suelo. De hecho, y según la firma, con este diseño se consigue una durabilidad un 20% mayor en las caídas bocabajo, y también un agarre más cómodo y seguro...