El coronavirus cambió la forma de vivir de la población mundial en los últimos cuatro meses, y el temor a las aglomeraciones es una de las principales consecuencias. El Instituto de Políticas de Desarrollo y Transporte (ITDP) encuestó a los viajeros de la ciudad china Guangzhou e informó que muchos cambiaron su modo de tránsito habitual al ciclismo, mientras que en Beijing, el alquiler de bicicletas registró un aumento de usuarios en aproximadamente un 150%, además, las compañías de bicicletas compartidas mostraron que los viajes promediaron más de tres kilómetros, lo cual no era muy común antes de COVID-19, cuando los viajes más largos generalmente se realizaban en automóvil o tránsito.
Según el organismo, la cantidad de pasajeros en el metro de Beijing se redujo del 26% al 14%, en tanto que la cantidad de pasajeros en el autobús pasó del 17% a un 10%. De acuerdo a la publicación, las personas que cambiaron al bus informaron que cambiaron el metro porque no les gustaba la idea de estar bajo tierra en un espacio atrapado, y pensaron que tendrían más opciones para distanciarse en el autobús. Asimismo, el instituto explica que más allá de los temores de infección al tomar el transporte público, también es probable que la disminución masiva en el tráfico de automóviles durante la cuarentena logre que el ciclismo sea más atractivo y mucho más seguro.
No obstante, nos preguntamos qué tan acertada puede ser dicha alternativa a la realidad de Paraguay, teniendo en cuenta principalmente la falta de bicisendas y el estado de las calles poco favorables para transitar, lo que nuevamente nos lleva a pensar que en nuestro caso tal vez más vehículos y motos en las calles serían la respuesta a la desconfianza de la población respecto a los viajes diarios en colectivos.