Ha cambiado la pantalla, sus complementos o el software, pero la filosofía se ha mantenido intacta durante este periodo: ofrecer la portabilidad de una tableta y la potencia de un ordenador. Para conseguirlo, Microsoft apuesta en esta ocasión por una pantalla de 12,3 pulgadas, una configuración más propia de un ordenador o el uso de Windows 10, entre otros.
Creación propia
Para crear un dispositivo como Surface, Microsoft se ha encargado de diseñar el equipo en sí y de dotarlo de software. Por eso no es de extrañar que utilice su propio sistema operativo. Gracias a Windows 10, la tableta utiliza los mismos programas de escritorio que un PC convencional: desde la suite completa de Office hasta Adobe Photoshop. Las características del software también definen las posibilidades que ofrece el equipo: el uso de Cortana como asistente personal; el navegador Edge que sustituye a Internet Explorer; o un inicio de sesión rápido y seguro con Windows Hello, una función que recurre a la cámara frontal para identificar a la persona que está situada frente a ella y garantizar el acceso a su cuenta.
Para escribir
Hay dos elementos físicos indispensables para que la Surface Pro 4 se transforme en un portátil. El primero de ellos es el característico soporte Kickstand que ya integraban las versiones anteriores, y que se despliega de su parte posterior para poder situarla en posición vertical sin un soporte adicional.
El segundo es Type Cover, una funda con teclado que se coloca de forma magnética a la parte inferior de la tableta. Además de proteger la pantalla durante los desplazamientos o cuando no se está utilizando, el teclado en sí hace posible escribir de forma fluida y que la Surface pueda convertirse en una verdadera herramienta de productividad. Las teclas son mecánicas, están algo separadas entre sí y se completan con un touchpad bastante amplio. El uso de este accesorio es esencial para sacar el máximo partido al dispositivo de Microsoft, aunque por el momento sigue comercializándose por separado (149,99 euros).
Pero no es el único complemento disponible actualmente para Surface Pro 4. La tableta incorpora únicamente un puerto USB 3.0, un mini DisplayPort, una ranura para tarjetas de memoria microSD y un conector para los auriculares. Para ampliar las opciones se ha creado la estación Surface Dock (229,99 euros), que añade cuatro puertos USB 3.0, dos DisplayPort con soporte para pantallas 4K y un Ethernet.