Ubicado sobre la calle Alberto de Souza y Cruz del Defensor, Pozo Colorado abrió sus puertas al público para revivir el pasado idílico de las parrilladas paraguayas. En este restaurante, que se caracteriza por exponer lo mejor de nuestra cultura, se puede disfrutar de novedosos cortes 100% provenientes del Chaco.
Aprovechando la gran evolución que tuvo la ganadería en nuestro país, sobre todo en cuestiones relacionadas con la genética de los animales, Angenscheidt sumó los nuevos cortes que fueron apareciendo. Por otra parte, en el menú no faltan ingredientes autóctonos como el maíz, la mandioca y el queso Paraguay. Además, la carta cuenta con platos de diferentes regiones de nuestro país.
LA EXPERIENCIA
La artesanía y los trabajos realizados por comunidades originarias de Paraguay se destacan dentro de la ambientación realizada por las arquitectas Matilde Sakoda y Natalia Guerreros. Desde la entrada ya se puede percibir el concepto que quisieron transmitir: valorizar la cultura paraguaya en todo su esplendor. Sillas de madera, troncos, cántaros, hamacas, unas ruedas de carreta y adornos coloquiales forman parte de la decoración, así como en aquellas casonas antiguas en donde sus galerías fueron protagonistas de grandes momentos.
Al entrar, además de la mesa central con artesanías paraguayas, sobresalen dos bellos murales y una pintura al óleo especialmente creados por el artista paraguayo Koki Ruiz. Las obras fueron plasmadas con intervención de elementos naturales, como semillas y tierra traídas de diferentes regiones del Paraguay. Como siempre, la imagen de la virgen de Caacupé se encuentra presente, ya que Angenscheidt es muy devoto.
De punta a punta todo el lugar fue pensado para transportar al comensal a una experiencia sensorial memorable. Las personas que atienen están impecablemente vestidas y son muy atentas. De bienvenida se escucha un alegre ¡Mba'éichapa!, que continúa con una explicación de la carta por parte del encargado de la mesa. En el lugar se respira un aire rústico pero a la vez elegante, tranquilo y sobre todo agradable.
LOS RECOMENDADOS
La presentación de la mesa se destaca por la presencia de materiales nacionales como servilleteros hechos en la localidad de Itá; y una vajillería de losa y barro, elementos infaltables en una tradicional casa de campo. Hay que mencionar que el menú (muy peculiar en cuanto a los nombres de los platos) se encuentra en español y en guaraní.
Como entrada, el comensal no puede perderse la oportunidad de probar deliciosas propuestas como el chipa guazú, la sopa paraguaya, el mbeju, el pastel mandi’o y el mandi’o chyryry. Entre las carnes se destacan la Milanesa elefante nambi a caballo, el Bebe’í de ojo de bife y el Churrasco de tapa cuadril.
El surubí no podía faltar y es presentado como milanesa y también acompañado de tortillas de espinaca y mandioca. El Matambrito de cerdo con queso Paraguay, orégano y salsa de tomate; y el Guiso carretero de so’o ku’i con mandi’o hu’u pora no se quedan atrás y son uno de los recomendados.
La estrella de la casa es el Hueso del Chapori, procedente del área del costillar vacuno comprendido entre el cuarto y el octavo hueso, justo donde el bife de chorizo se une con el entrecot. ¡Imperdible!
A la hora del postre, cuatro opciones se convertirán en la tentación de los amantes del dulce, ellos son: Mousse de chocolate, tierra negra de maní y un crocante; el tradicional Flan de dulce de leche con crema de caramelo, el clásico Panqueque de dulce de leche y el infaltable Dulce de mamón, dulce de guayaba y queso Paraguay.
Sin duda, Pozo Colorado es un lugar digno de ser recomendado por su excelente atención, impecable ambientación y deliciosa gastronomía. ¡Un 10 de punta a punta!
MÁS INFORMACIÓN
Alberto De Souza entre Cruz del Chaco y Cruz del Defensor.
Teléfono 0981 660468