Si se incluyen los destinos de corta, media y larga distancia dentro de Paraguay, la cantidad de pasajeros que se dejó de transportar vía terrestre en un año y tres meses asciende a 1.300.000 personas. De esta cifra, 800.000 corresponden a quienes tenían como destino países del área del Mercosur o Paraguay desde esos puntos de partida.
“Las empresas que tienen líneas internacionales, frecuencias a Buenos Aires, Montevideo, San Pablo, Camboriú, Corrientes, Foz de Yguazú y Santa Cruz de la Sierra son las que están sufriendo el cierre de fronteras, y por más que ahora Brasil ya las tenga abiertas la demanda para San Pablo, Camboriú, Florianópolis en el verano pasado y en Semana Santa, fue nula. Para ese grupo que tiene frecuencias internacionales, las facturaciones son cero”, afirmó Ricardo Fustagno, de la Cámara Paraguaya de Transporte Internacional Terrestre (Capatit).
El motivo por el cual la demanda de boletos para Brasil no cubra los costos operativos es que persiste el temor de contraer el coronavirus en ese país, entre otras causas. “Nadie se va por el miedo, porque tiene que hacer cuarentena o porque se tiene que hacer el PCR, que cuesta entre G. 300.000 y G. 400.000, además de pagar el pasaje. Son obstáculos para reactivar esos horarios”, añadió.
Según Fustagno, lo más grave es lo que ocurre con Argentina, donde viven más de un millón y medio de paraguayos que demandan los servicios de las empresas paraguayas para hacer el trayecto entre ese país y el nuestro, donde mantienen lazos familiares, para visitar a parientes y amigos.
“Hay quienes no ven a sus padres hace más de un año. Y tampoco hay actividad comercial vía terrestre internacional, y gente que se tiene que trasladar por motivos de negocios a la Argentina solo pueden hacerlo vía aérea. Entonces, la situación es gravísima”, dijo el empresario.
Achicamiento
Fustagno destacó que las 12 empresas de transporte internacional terrestre que forman parte de Capatit también se vieron obligadas a reducir las frecuencias de los viajes dentro del territorio nacional. “En Nuestra Señora de la Asunción tenemos horarios a Ciudad del Este, y tuvimos que pasar de 12 por día a cuatro. Los que cubren Asunción-Villarrica y que tenían 30 horarios hoy cubren ocho; a Encarnación solo hay tres o cuatro frecuencias”, apuntó.
El sector, asimismo, tuvo que recurrir a una gran cantidad de despidos de choferes, cierre de terminales y de agencias, cese de azafatas, de mecánicos y de empleados administrativos. “Estamos aguantando como podemos. Ahora existe la posibilidad de que Argentina flexibilice sus fronteras y las abra por setiembre u octubre. Eso sería un alivio para nosotros”, resaltó el dirigente gremial.