El déficit fiscal móvil de 12 meses se redujo al 3,4% del PIB en abril de 2024, desde el 4,1% en diciembre de 2023. Los ingresos aumentaron un 17% interanual en los primeros cuatro meses de 2024, impulsados por una sólida recaudación de impuestos, mientras que los gastos corrientes crecieron un 9%. Sin embargo, la inversión pública cayó un 46% interanual.
Desde Fitch Ratings mencionaron que al ceder a Paraguay la calificación 'BB+'/Estable en noviembre de 2023, resaltaron la importancia de que el país pueda realizar una estrategia de consolidación fiscal para restaurar la credibilidad de la política fiscal.
Sin embargo, notaron que bajo la presidencia de Santiago Peña se relajó la meta de déficit del Gobierno central en 2023 al 4,1% para abordar los atrasos, posponiendo la convergencia al límite del 1,5% del PIB hasta 2026, lo que implica una consolidación de 1,5 puntos porcentuales del PIB.
¿Qué dicen los economistas?
Al respecto el economista César Barreto opinó que los analistas de Fitch ven con optimismo el resultado del primer cuatrimestre, pero advierten sobre el impacto a mediano plazo del déficit en la caja fiscal de los funcionarios públicos en las finanzas públicas. “Destacan la necesidad de avanzar en reformas paramétricas de las cajas de jubilaciones para minimizar este impacto y generar más previsibilidad”, indicó.
Por otro lado, Wildo González, chief economist de Puente Casa de Bolsa refirió, “La reducción del déficit fiscal de Paraguay en abril de 2024 parece estar vinculada tanto a la consolidación fiscal como a otros factores, según lo indicado por la calificadora Fitch. El Gobierno está en camino hacia una consolidación fiscal que llevaría al país a los límites de la regla fiscal, evidenciando esfuerzos en la reducción de gastos superfluos y un incremento en las recaudaciones. Sin embargo, parte del esfuerzo fiscal también se atribuye a los bajos niveles de inversión pública, lo que sugiere la necesidad de seguir de cerca la trayectoria de consolidación fiscal”.
En cuanto a los efectos según los economistas la preocupación radica en que la inversión, tanto pública como privada, impulsa el crecimiento económico y reduce el potencial del PIB, lo que sugiere que una reducción persistente en la inversión pública podría limitar el crecimiento económico a largo plazo.