“Tenemos la necesidad de ayudar con incentivos como la exoneración temporal de ciertas tasas a las microempresas, principalmente en su etapa inicial, para que tengan la capacidad de pagar impuestos y generar empleos”, señaló Giménez.
Asimismo, recordó que el proyecto de ley que busca beneficiar a este segmento cuenta con media sanción en el Senado, y confió en que su aprobación definitiva será un paso crucial para reducir la informalidad, que afecta al 60% de los emprendimientos.
Actualmente, solo 360.000 de los aproximadamente 900.000 emprendimientos en Paraguay están formalizados, según datos del Viceministerio de Mipymes. El past president de la Asociación de Emprendedores de Paraguay (Asepy), David Caballero, enfatizó que el costo y la burocracia son las principales barreras para que los pequeños negocios ingresen al sistema formal.
“El costo de ser formal es aún oneroso y pesado, sobre todo iniciando un emprendimiento. Muchos de los negocios en nuestra economía son de subsistencia y emplean principalmente a familiares o conocidos del emprendedor. Con los costos y la burocracia actuales, es prácticamente prohibitivo formalizarse”, afirmó Martínez.
Caballero destacó que es fundamental implementar incentivos correctos para las microempresas, además de avanzar hacia la digitalización de los trámites. “Creo que los emprendimientos muy pequeños deben tener condiciones temporales más ventajosas que las grandes empresas. Si no se logran estos cambios, el nivel de informalidad seguirá siendo muy alto”, advirtió.
En línea con esta postura, Caballero propuso algunas medidas inspiradas en experiencias internacionales, como tasas reducidas, exoneración de multas por errores en los primeros años de operación, y acceso a capacitación y asesoramiento técnico. También abogó por mejorar las condiciones de acceso al crédito y abrir más mercados para las mipymes.
“Es necesario trabajar como un todo. Los incentivos fiscales son importantes, pero también se necesita asesoramiento técnico y acceso a financiamiento. Estas acciones pueden dinamizar y potenciar aún más el ecosistema emprendedor”, sostuvo.
Con la intención de reducir la brecha entre los emprendimientos formales e informales, el Gobierno enfrenta el desafío de equilibrar beneficios temporales con el fortalecimiento del ecosistema de negocios. La expectativa ahora se centra en la aprobación de la normativa que permitiría a las mipymes acceder a un entorno más favorable para su crecimiento.