Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el primer trimestre de 2025, la fuerza de trabajo (que incluye a personas ocupadas y desocupadas) alcanzó aproximadamente 3.083.338 personas, lo que representa el 70,0% de la población de 15 y más años de edad. Respecto al primer trimestre del año 2024, la tasa de la fuerza de trabajo tuvo una leve disminución de 0,5 puntos porcentuales y, en términos de cantidad absoluta, prácticamente se mantuvo.
La fuerza laboral sigue creciendo gracias a la profesionalización. Según Deysi González, gerente de Talent Solutions de ManpowerGroup Paraguay: “Entre las habilidades que más buscan las empresas están la capacidad de adaptarse ante un entorno cambiante y en permanente evolución, el pensamiento crítico, la resolución de problemas complejos, la toma de decisiones ágiles y efectivas. Habilidades digitales, que abarcan desde el dominio de herramientas hasta conocimientos en IA, ciberseguridad y análisis de datos”, citó.
“Hoy ya no alcanza con saber hacer. Las empresas buscan personas que también sepan pensar, adaptarse y conectar con otros desde la empatía y la colaboración”, afirmó. Lejos de ser un área meramente operativa, el departamento de Recursos Humanos tomó un rol estratégico en las organizaciones. González señala que este cambio fue impulsado, en parte, por la creciente formación de profesionales especializados en Paraguay. “Hoy recursos humanos no solo ejecuta políticas, sino que diseña y lidera procesos de transformación cultural y digital dentro de las empresas”, destacó.
Algunas compañías ya cuentan con departamentos de Bienestar, desde donde implementan pausas activas, sesiones de terapia psicológica, horarios flexibles y actividades al aire libre como parte de su estrategia de retención.
Hoy en día, la tasa de desocupación se redujo significativamente: del 6,9% en 2024 al 5,6% en 2025, es decir, unas 41.106 personas menos buscando empleo activamente.
Por sectores, el aumento de empleo se dio principalmente en el terciario (servicios), con 29.301 nuevos trabajadores, seguido por el sector primario, con 13.392. En cuanto a la formalidad, el mayor crecimiento se registró en el empleo asalariado privado, con 43.959 incorporaciones.
Ante este panorama de dinamismo laboral, las empresas están implementando respuestas estratégicas para sostener su competitividad. González identificó varias tendencias: Liderazgos más humanos y estratégicos, con foco en sostenibilidad, propósito y desarrollo del talento; inversión en tecnología, para automatizar procesos y mejorar la productividad; programas de capacitación y reskilling, ante la obsolescencia de algunos roles y el surgimiento de nuevas funciones; flexibilidad laboral, con esquemas híbridos, metas por objetivos y condiciones de trabajo más atractivas; alianzas con instituciones educativas, para asegurar una cantera de talento calificado.
En este sentido, la inversión en capital humano se posiciona como el factor más determinante para consolidar el empleo formal. “Trabajadores más capacitados no solo producen más, sino que también innovan, generan valor y ayudan a reducir la informalidad. Además, un ecosistema de talento calificado atrae inversión extranjera y contribuye al desarrollo sostenible del país”, indicó.
Pese a los avances, la gestión del talento enfrenta desafíos de gran magnitud: atracción y retención de talento, especialmente en áreas críticas como tecnología y sostenibilidad; adaptación al cambio tecnológico, que exige reskilling continuo y nuevas capacidades; bienestar y salud mental, cada vez más relevante ante el burnout y la desconexión digital; diversidad e inclusión, con el reto de pasar del discurso a políticas concretas con indicadores claros; gestión de equipos híbridos, donde mantener la cohesión cultural se vuelve complejo; decisiones basadas en datos, mediante el desarrollo del People Analytics, entre otros.