El panorama indica que el Ejecutivo desea gravar por primera vez el ISC a las importaciones de vehículos usados y esto se da en el marco del proyecto ejecutivo para la reforma del sistema tributario, propuesta que, según la CIVU, en el caso de aprobarse el precio final de un automóvil usado subiría entre 18% a 20%. “Nos quieren cobrar más siendo que desde Aduanas también modificaron la tasa para la importación a 10% y 25%, dependiendo de los años de uso. El Gobierno no está dándonos ningún buen argumento, pero de esta forma benefician a los importadores de autos nuevos, a quienes no los cargan de impuestos”, expresó Luis Pereira, vicepresidente de CIVU.
El representante del gremio aseguró que establecer 10% de ISC es una forma de sacar a los importadores de vehículos usados del mercado, porque de esa manera quienes pertenecen a los estratos medios dejarán de adquirir automóviles u optarán directamente por comprar un 0km.
“Habíamos participado de una mesa de diálogo con el Gobierno a través de la Feprinco, pero no logramos un acuerdo sobre los impuestos. Otros países como Japón, Brasil y Argentina pagan impuestos por la importación de vehículos usados porque son fabricantes, en cambio, nosotros no”, manifestó Pereira.
Tributos para automóviles
Actualmente los vehículos usados y nuevos no están gravados por el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), sin embargo, en el 2016 Hacienda elevó el arancel a las importaciones de vehículos usados hasta 25%. Está situación ya había molestado al sector y tras conversaciones con el Gobierno acordaron aplicar 25% sobre una tasa referencial para despachos de aduana según la antigüedad del rodado.
Entretanto, las importaciones de autos 0km estas están exoneradas de tasas selectivas, pero la concesionarias se mantienen sujetas a los impuestos determinados para la industria, comercio y servicios.
“Está bien que tributen”
Por otro lado, el analista económico de MF Economía, Andrés Filártiga, consideró que el monto que hoy pagan los importadores de automóviles en Aduanas es muy bajo por ser un tributo fijo que se calcula sobre el valor de la mercadería importada.
“Estos móviles no son costosos porque se traen de Chile. Por otra parte, el impacto ambiental que causan es grande, debido a su alto grado de contaminación y las consecuencias sobre la salud son desechados en otros países”, sostuvo Filártiga.
Según Filártiga, el funcionamiento de la ciudad también se modifica al tener mayor facilidad para comprar autos usados importados, porque de esa manera aumenta la población vehicular aceleradamente.
“Desde mi punto de vista, está bien que tributen. En otros países importar autos usados está prohibido, mientras que aquí solo le cobrarán 10%. Los 0km pagan más tributos por el valor mismo de la mercadería, las concesionarias están dentro del sistema financiero, mientras que las playas de usados tienen la tasa más alta de informalidad, otorgan financiamiento sin que esa información ingrese al sistema financiero”, sostuvo Filártiga.
Asimismo, Filártiga añadió que aproximadamente por cada 0km hay casi tres vehículos usados de Chile, que tienen entre 10 a 15 años, según datos de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA).
La reforma es necesaria
“La reforma impositiva es necesaria, pero el proceso para llevarla adelante debería ser más extenso. Hay que involucrar a la academia, más gremios, al sector social, obreros, entre otros”, acotó Filártiga.
Para Filártiga, “la reforma se está haciendo a las apuradas y así es complicado obtener consenso”. En cuanto a la negativa de algunos sectores con la propuesta del Ejecutivo agregó que el sistema impositivo es un “crédito” de la sociedad a sus administradores y si no hay confianza, es difícil sostenerlo.
“El timing es malo, en un momento en el que se debe estimular la economía hablar de impuestos frena las intenciones de inversión y genera expectativas negativas”, finalizó Filártiga.