“No existen empresas exitosas en sociedades que fracasan”. Esta es una frase que resume el por qué debe ocuparnos (¿y preocuparnos?) la sustentabilidad de nuestra empresa, nuestro entorno y nuestra comunidad.
¿Pero qué es el desarrollo sustentable? “El desarrollo sustentable es una forma de progreso que satisface las necesidades actuales sin poner en riesgo la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” dice el World Business Council on Sustainable Development (WBCSD). Y esto implica considerar a la sustentabilidad como una nueva forma de hacer negocios, donde ya no sólo es suficiente ser rentables, sino también el bienestar ambiental y social de quienes nos rodean.
Así, mejorar las instituciones de la comunidad, reducir el impacto ambiental de sus productos, integrar la diversidad en la estrategia de Recursos Humanos, entre otras iniciativas, se vuelven estratégicas para mejorar la sustentabilidad de las empresas y, por lo tanto, del contexto en el cual operan.
En definitiva, se trata de reconocer que cualquier operación genera impactos positivos y negativos en el entorno y que es nuestro deber gestionarlos, teniendo en cuenta esta triple mirada económica, social y ambiental. Nada más, ni nada menos.