A solo 800 m de la ruta principal, la Posada Santa Bárbara se presenta como el lugar perfecto para escapar del bullicio urbano y sumergirse en un entorno natural de serenidad y belleza. Bajo la dirección de Bárbara Rojas, este oasis ha sido diseñado para brindar comodidad y para celebrar la esencia de la vida en el campo paraguayo.
Con una oferta inicial de seis habitaciones, la posada ha crecido para ofrecer una experiencia auténtica que combina la hospitalidad local con el confort moderno. Cada rincón de la posada está impregnado de la cultura local, según contó Bárbara.
“Las cortinas, colchas y alfombras, todas confeccionadas en la ciudad, aportan un toque personal y artesanal a la decoración. La estructura está diseñada para ofrecer una conexión directa con la naturaleza, permitiendo a los huéspedes relajarse en un entorno de tranquilidad y belleza natural”, dijo.
Agregó que la piscina es el atractivo principal, complementada con un arenal para aquellos que buscan relajarse y desestresarse. También cuentan con espacios equipados con hamacas y sillones, ideales para desconectarse y disfrutar del entorno. Además, un quincho tradicional y la posibilidad de hacer fogatas proporcionan opciones adicionales para disfrutar de las noches frescas en un ambiente acogedor
“Los huéspedes pueden realizar caminatas hasta el cerro Bogarín, que se comunica directamente con la propiedad. Esta cercanía a la naturaleza refuerza nuestro compromiso con la promoción del turismo interno y el disfrute de los tesoros naturales de Paraguay”, mencionó Bárbara, enfatizando la importancia de conocer y valorar el patrimonio natural del país antes de buscar destinos internacionales.
“Muchas veces, los paraguayos prefieren viajar al exterior sin conocer la belleza que tenemos en casa. Paraguay es único por su tranquilidad y naturaleza viva, y es fundamental que todos empecemos por explorar nuestro propio país”, afirmó.
La Posada Santa Bárbara también se distingue por su enfoque en la accesibilidad económica para las familias. Los huéspedes tienen la libertad de traer sus propios alimentos, lo que no solo ofrece comodidad, sino que también ayuda a las familias a gestionar su presupuesto durante su estadía.
Con la temporada alta acercándose, la posada ya tiene reservas agendadas hasta diciembre, reflejando la creciente popularidad del lugar. A pesar de la baja demanda durante el invierno, la propuesta de ofrecer experiencias como la fogata ha sido bien recibida, mostrando la adaptabilidad y el compromiso de la posada con la satisfacción de sus visitantes.