“El ao poí es una prenda muy cómoda y cuanto más lavás, la tela se ablanda y da más gusto usar”, manifestó Gisela Godoy, propietaria de Casa Central, de Yataity, la localidad que es el centro de la elaboración de este tejido nacional. Una definición que ilustra la nobleza de este tejido.
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La artesana remarcó que la decisión gubernamental está incentivando “a muchísima gente” a adquirir prendas de ao po´i, y eso se ve reflejado en el aumento de ventas, un fenómeno que ya comenzó incluso el año pasado, gracias al ejemplo de algunos funcionarios que visten en público indumentarias de este textil. “La gente ve que incluso el presidente Santiago Peña usa prendas de ao po´i y también quiere vestirlas. Con más incentivo, más publicidad, las ventas crecen”, agregó.
En términos similares se expresó Ruth Ramírez, de Ao Bordado a mano, quien dijo que la medida del Gobierno “nos ayuda muchísimo y nos beneficia; en la tienda estamos recibiendo a más clientes, más personas nos escriben al WhatsApp preguntando por nuestras prendas”. Comparando con enero del año pasado las ventas tuvieron un incremento de al menos el 20%.
Por su parte, Andrea Vázquez, presidenta del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA), celebró que se mantenga viva la memoria cultural del país a través de estas iniciativas. “Esta iniciativa y respaldo del Gobierno significan un importantísimo reconocimiento del trabajo y de la producción local de una de las técnicas más representativas de nuestro país, el ao po’i”, remarcó Vázquez.
Aseguró que el uso de este tejido no sólo pone en valor el oficio de las mujeres tejedoras, sino también aumenta las oportunidades económicas y de generación de mayores canales de comercialización a nivel local e internacional.
Asimismo, realza otros aspectos intangibles como la transmisión de generación en generación de los saberes de esta técnica y los procesos de producción, que tienen características muy propias de nuestra identidad.
Al mismo tiempo, estos incentivos ayudan a promover acciones comerciales para dar valor agregado a la dinámica de ventas, demanda y turismo. “Hoy la difusión de la información, de las acciones y proyectos relacionados con el sector constituye una pata fundamental en nuestra gestión, ya que si no se genera conocimiento, no se genera valor ni mercado local para la comercialización”, apuntó.
Indicó que para el IPA uno de los pilares fundamentales es la promoción, y poner a disposición de la ciudadanía toda la riqueza de la artesanía paraguaya. “En el IPA tenemos registradas en la modalidad textil a 400 artesanas tejedoras del Guairá, que trabajan de manera independiente, en comités, asociaciones o cuando existen pedidos a nivel colectivo. A este número se agregan los comercios y empresas que también comercializan el ao po’i y que trabajan con mujeres artesanas”, señaló.
Consideró que la artesanía paraguaya es una de las expresiones con alto valor histórico, social, turístico y cultural, un elemento tangible e intangible de nuestro patrimonio vivo. “La marca país conlleva toda la riqueza de este oficio, con el trabajo de mujeres de larga trayectoria que conservan la identidad cultural paraguaya”, significó.
La funcionaria destacó que en los últimos tres a cinco años el bordado del ao po’i y el tejido del auténtico ao po’i se posicionaron significativamente con acciones de fuerte promoción en las localidades productoras de este tejido, especialmente en el departamento de Guairá.
Se capacitó a mujeres artesanas en la cosecha del algodón, hilado y proceso en el telar rústico, la elaboración de materiales de referencia de este tejido, para que de esta manera también nuevas generaciones conozcan los más de 100 bordados que se realizan en esta artesanía.
En este contexto también pretenden intercambiar experiencias entre diseñadores y artesanos que den resultado a nuevos productos con lenguajes más contemporáneos, ferias en la modalidad textil, entre otras iniciativas y campañas de promoción.