“Seguimos con las fronteras cerradas, con más de 14 vuelos de conectividad con Paraguay, restringidos. ¿Para qué nos vamos a preparar, para seguir suspendiendo a la gente? Con esta situación no podemos hablar de una reactivación económica”, expresó.
Con relación a las expectativas de cara al año 2022, manifestó que dependen absolutamente de la apertura de las fronteras terrestres con Argentina y la recuperación de los vuelos anteriores.
“Nosotros seguimos pidiéndole al Estado un subsidio que no está llegando, compensaciones salariales. El sector se encuentra con una leve recuperación de un 26% de ocupación en el mes de octubre, cuando estábamos acostumbrados a tener un 42% de ocupación”, precisó.
Además, agregó que para llegar a los niveles anteriores de ocupación están muy lejos, no solo por la pandemia, sino por los efectos que a su vez causó en la economía.
“No se puede hablar de recuperación por un torneo; acá faltan los eventos, una serie de patas que realmente hacen a la recuperación hotelera. Los vuelos, los eventos, se tiene que rehacer el protocolo que hoy sigue con la capacidad de hasta 350 personas”, detalló.
Comentó que si bien se observa una reactivación en la mayoría de los sectores de la economía, el hotelero y el de eventos es el último en recuperarse. “Se cree que en tres años podríamos volver a hablar de algo parecido a la normalidad antes de la pandemia”, insistió.
Por último, resaltó que el gremio sigue esperando los decretos del Gobierno que puedan brindar oxígeno al sector, al menos en los gastos fijos que tienen los establecimientos. “Seguimos esperando algún descuento inmobiliario, algo que nos permita estirar estos dos o tres años para que pasen rápido”, remarcó.
Tras la declaración de pandemia en marzo del 2020, el turismo fue el rubro más afectado debido a los protocolos sanitarios impuestos, que incluían desde la restricción de la circulación hasta el cierre de fronteras, que hoy algunos países están flexibilizando tímidamente.
Así, las reuniones de negocios, ocio y encuentros continúan bajo estrictos controles, pese a que la vacunación en muchos países supera el 70% de la población.