Varios diseñadores y creativos ahora trabajan desde sus casas, puntualmente hablando de los que cumplían un horario de oficina y compartían un ambiente de trabajo con varias personas donde socializar las ideas, los trabajos o simplemente sentarse a conversar un rato, que sin duda ayudaba muchísimo a distendernos y a sobrellevar el estrés creativo. Cuando nos tomábamos esas pausas para luego volver a nuestros escritorios y continuar con nuestros oficios.
De un momento a otro nos tocó quedarnos en casa, a nivel mundial, si bien hoy por hoy volver al puesto de trabajo está permitido, las industrias publicitarias han optado por continuar desde casa por diferentes razones particulares.
Esto al principio limitó mucho la socialización de trabajos, ideas, aunque tengamos tecnología a favor, no es lo mismo interactuar cara a cara, pero como todo tenemos que adaptarnos.
Al inicio el cambio de la rutina fue favorable, levantarse y prender la computadora para iniciar el día diseñando o pensando en una campaña, tener tus comodidades a mano, a la larga se volvió algo repetitivo que en corto plazo creó estrés y sin duda a muchos causó un bloqueo creativo, días sin poder sacar ideas.
Entonces tenemos que seguir adaptándonos y hacer que esto funcione, aprovechar las situaciones a nuestro favor, la pregunta es ¿cómo?
El cliente sabe que estamos en casa, que estamos con la computadora cerca, pero esto no significa que estemos atados a cumplir 24/7.
Tenemos que establecer horarios puntuales que dedicamos al trabajo, de esta manera generar tiempos donde podamos descansar nuestra mente, vista y cuerpo, esos breaks también aprovecharlos para hacer otras actividades que no se relacione al trabajo o al oficio, y así no mal acostumbrarnos a la sobrecarga.
Aprovechar los medios digitales, más que nunca ver y usar las redes sociales, sin duda es una ventana fantástica e irreal al mundo social, que puede darnos ciertas respuestas a situaciones que podemos aprovechar para implementar con las marcas, también distender y distraer la mente para que no todo sea pensar en un virus. Nos ayuda a la creatividad y desarrollo de nuevas estrategias para que las marcas sigan interactuando igual o aún más que antes con sus seguidores.
Sin duda las capacitaciones llegaron a tocar las puertas de todos en el ambiente publicitario, todos aprovechamos para aumentar conocimientos sobre algo que ya hacíamos antes pero mejorándolo, o añadiendo nuevas herramientas a nuestro conocimiento profesional, beneficiando a la empresa y también a los clientes que son los que aprovechan las nuevas aptitudes adquiridas o mejoradas de los que estamos detrás de las computadoras.
¡Incentivos! Aunque estamos un poco más relajados con la nueva normalidad y las restricciones un poco más distendidas hoy por hoy, un buen incentivo para los que hacemos esto día a día, es recibir un reconocimiento por parte los clientes, no solo hacer llegar a los directivos, y jefes pensar más humanamente y que el cliente le haga saber al que desarrolló el trabajo y que lo está haciendo genial para que el diseñador y el creativo se sientan realmente eficientes y puedan tomar eso como un empuje a seguir poniendo lo mejor de sí para realizar su labor.
Por último, la industria publicitaria sin dudas se puso a la altura de esta crisis, ofreciendo lo mejor durante el confinamiento como ahora post confinamiento, nos ponemos en el lugar de la marca y hacer que la marca se ponga en el lugar del consumidor.