Como sabemos, la publicidad desarrolla un importante papel de difusión a través de la transmisión de mensajes que influyen sobre la gente, destruyendo o implantando valores y nuevas formas de comportamiento. Hoy en día no podemos negar la gran influencia que tiene en nuestras vidas.
La publicidad forma parte del mundo en el que estamos, está ligada a la cultura de masas y promueve un consumo cultural, es creadora de deformaciones sociales, éticas y psicológicas. Los medios de comunicación son, hoy por hoy, los socializadores más importantes en nuestro país, es por eso que las marcas que se definan como “responsables” no pueden ignorar los movimientos sociales que hoy están emergiendo y por sobre todo, no pueden no tomar posturas sobre temas que le afectan a sus propios consumidores.
Lastimosamente en nuestro país y alrededor del mundo un gran porcentaje de los anuncios que se muestran en televisión y otros medios ofrece una imagen equivocada de las minorías y en especial de la mujer: ya sea por tratarla como un objeto, estereotiparla o minimizarla.
Los estereotipos, consciente o inconscientemente, moldean el pensamiento de la sociedad y nos encasillan en roles que no necesariamente nos representan, esto además de la falta de roles positivos femeninos son los que nos llevan a la falta de equidad. Estamos en 2019 y todavía vemos chistes fáciles sobre mujeres vuelteras, pesadas, que dominan al marido, la ama de casa, la que no da permiso, entre otros. Todos clichés que continúan construyendo una percepción nefasta sobre el rol de la mujer en nuestra sociedad.
Por suerte el mundo está cambiando, de a poquito. Los consumidores son mucho más exigentes y piden contenido positivo con igualdad, sin homofobia y racismo y no perdonan mensajes que afectan negativamente a las minorías. Esto obliga a las marcas a replantear sus objetivos, a embarcarse en el desafío de ser responsables con la comunicación y a realmente dejar un impacto positivo, sin dejar de vender.
“La igualdad de género en la publicidad no solo es positiva para el mundo sino también para las ventas”
Datos indican que las marcas que hablan responsablemente en términos de igualdad de género son recompensadas por sus consumidores con mayor fidelidad e intención de compra.
Estoy 100% convencida de que la industria publicitaria tiene el poder para iniciar un cambio social positivo en el país. Nuestro objetivo como publicistas, comunicadores, marcas e influencers es desafiar a la sociedad a pensar diferente y eliminar clichés y comunicaciones violentas hacia las mujeres. Nuestra industria gasta millones de guaraníes anualmente entregando percepciones y tenemos la responsabilidad de usar este poder de una manera positiva.
Porque, entre más progresividad tenga la publicidad, más fuerte es el compromiso y el impacto que deja la marca. Esto demuestra que no sólo hay una necesidad social por este cambio, sino también una necesidad en negocios. Es un paso importante que tenemos que dar si queremos asegurar nuestro futuro.