Según Naciones Unidas, este fenómeno se refiere a los cambios a largo plazo en las temperaturas y los patrones climáticos, siendo las actividades humanas las principales impulsoras desde el siglo XIX, sobre todo debido a la quema de combustibles fósiles.
Un reciente estudio, incluido en la revista de la UIP, destacó que las zonas templadas experimentan un mayor crecimiento económico, pero este progreso se ve amenazado por el cambio climático. Se estima que el aumento de 1º C de la temperatura en un año dado puede reducir el crecimiento económico hasta en 1,3% en los países más pobres.
Los impactos económicos del cambio climático se extienden a diversos sectores, siendo la agricultura uno de los más vulnerables. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático advirtió que, bajo escenarios de alto calentamiento global, el PIB global anual podría reducirse entre un 10% y un 23% para el 2100.
Paraguay no está exento de estos efectos. Según el Banco Mundial, en 2014 se estimó que los riesgos agropecuarios causaron pérdidas anuales de aproximadamente US$ 237 millones, lo que equivale al 5,4% del PIB agropecuario del país.
Según el economista Jorge Garicoche, que realizó un estudio con otros profesionales, los problemas de sequía afectan significativamente al sistema financiero, con pérdidas que rondan los US$ 500 millones, medida en la cartera de préstamos reestructurados, refinanciados y renovados, así como en la morosidad de préstamos vencidos.
Estos datos resaltan la urgencia de abordar el cambio climático desde una perspectiva económica, implementando medidas para mitigar sus efectos y adaptarse a los cambios climáticos inevitables. Para las Naciones Unidas la colaboración internacional y el compromiso de todos los sectores son fundamentales para enfrentar este desafío y proteger la economía paraguaya de futuros impactos devastadores.
Paraguay actualmente está en la mira en materia de cuidado del medioambiente, que consiste en reforestar el territorio deforestado, encaminarse a una vida alimentación más sana, colaboración público privada y acabar con las personas y grupos que buscan sacar rédito personal a una lucha colectiva como lo es el cuidado del planeta.