“Existen dos puntos a destacar del régimen de maquila, el primero es que tiene un impuesto mínimo del 1% y el segundo que es un régimen simple, solamente posee un único tributo. La creciente preponderancia de las empresas de autopartes y cableado, que ya sobrepasan la mitad del empleo y las exportaciones, nos impulsan a pensar en cambios”, expresó Rojas. El especialista resaltó que todos los países del Mercosur poseen activas políticas nacionales para el sector automotriz, en base a una estructura impositiva discriminatoria a favor de insumos nacionales, por lo que sería necesario que Paraguay cree una estructura impositiva de escalamiento que busque alentar la fabricación de autopartes.
Para Rojas, en un primer momento, sería viable que para las maquiladoras del sector automotriz el impuesto sea elevado entre 5% a 10% y que las eventuales reducciones sean condicionadas a un plan de integración progresiva de insumos regionales y nacionales en la fabricación de autopartes bajo el régimen de maquila. Según estudios de Rojas, en el marco del proyecto Incentivos Fiscales en América Latina, la maquila se convirtió en un elemento interesante de atracción de inversión extranjera directa, sostenido en un promedio de 10% del total de los flujos de IED registrados a lo largo de los últimos cinco años.
“Es importante impulsar la industrialización, sobre todo en el contexto de desaceleración de los precios de los commodities y de la producción agrícola. Cambiar el esquema impositivo de la maquila es una medida que va en esa dirección, al igual que la conclusión del acuerdo automotriz con Brasil y el alcanzado dentro del acuerdo entre el Mercosur y Unión Europea”, manifestó Rojas. Por otro lado, el entrevistado reveló que el gasto tributario del régimen de la maquila (el costo fiscal de la exención de impuestos del régimen) fue un 15% superior al gasto ejecutado por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) en 2017, un indicador de que, en gran medida, “las políticas industriales son poco efectivas en la promoción de determinadas acciones y encadenamientos productivos”, agregó.
En síntesis, Rojas sostuvo que la política industrial está resumiéndose a una desgravación de impuestos, que no siempre se traduce en inversiones en la misma proporción. “Debe haber una fiscalización de las contrapartidas dentro del régimen de maquila y también una mayor focalización sectorial de las políticas activas llevadas a cabo del MIC”, apuntó el especialista.
Según Rojas, “si continuamos manteniendo 1% de progresividad, no existen incentivos impositivos para mayor integración de insumos locales. El empleo generado es el principal aporte de la maquila, pero el orden del gasto tributario del régimen corresponde a un tercio de la masa salarial de los obreros de la maquila, es decir, de cada G. 3 pagados de sueldo, el gobierno está subsidiando G. 1.”, explicó.
Por último, añadió que el sector plástico bajo el régimen de maquila está creciendo, pero la mayor parte de su producción se destina al mercado interno, por lo que no cumple con el desempeño exportador del régimen.