"Estamos con el peor precio pospandemia", aseguró Filártiga. Los productores reciben un precio 17% inferior al de hace unos años, mientras que la tarifa final al consumidor ha aumentado un 30%. Esta disparidad, según el dirigente, se debe a la concentración del mercado, donde una sola empresa controla el 40% de la faena total.
La sequía, los incendios y el encarecimiento de los insumos han agravado aún más la situación de los productores. A esto se suma la falta de apoyo estatal para promover la carne paraguaya en los mercados internacionales y garantizar precios justos.
Ante este panorama el sector ganadero busca diversificar y agregar valor a sus productos. "Nuestro país está en proceso de afianzar a la carne como marca país, pero necesitamos un instituto que se encargue de promover nuestra carne a nivel mundial y de garantizar políticas internas de control y transparencia en toda la cadena", afirmó Filártiga.
El dirigente destacó la importancia del sector ganadero para la economía paraguaya, señalando que siete de cada 10 dólares que ingresan al país provienen del campo. Sin embargo, advirtió que si la situación no mejora, muchos productores se verán obligados a abandonar la actividad, lo que tendría un impacto negativo en las familias de menores ingresos.