Durante temporadas altas como Semana Santa, vacaciones de invierno o fin de año, estos establecimientos registran ocupación total con semanas, incluso meses de anticipación. Ariel Lefimil, propietario de Canes, un hotel exclusivo para perros, comenta que desde hace cuatro años trabajan sin interrupciones y que la demanda no solo se concentra en fechas puntuales. “Tenemos clientes que dejan a sus perros durante meses, principalmente diplomáticos o personas que viajan al exterior. La demanda es constante, solo que en feriados se intensifica”, explicó.
Lefimil señaló a InfoNegocios que, desde su hotel, vieron la necesidad de ofrecer un servicio integral, ante la creciente demanda de un espacio especializado que, más allá del confort y la alimentación de los peludos, también incluya métodos de socialización canina, juegos cognitivos, espacios diferenciados según el tamaño del animal y un riguroso sistema de admisión.
Uno de los puntos clave a tener en cuenta a la hora de seleccionar un hotel canino es la seguridad y la salubridad del establecimiento. En el caso de Canes, cada huésped debe contar con todas sus vacunas al día y pasar una evaluación de conducta, especialmente enfocada en detectar problemas de agresividad o ansiedad por separación. “No recibimos perros sin su esquema completo de salud. Nuestro enfoque es 100 % conductual y preventivo. Nunca tuvimos un solo incidente desde que abrimos”, aseguró Lefimil.
En el caso de los felinos, la tendencia no es diferente. Tania Mena, veterinaria y propietaria de Animalarium, un hotel boutique exclusivo para gatos, relató que la ocupación para Semana Santa se agotó desde enero. “Estamos en un punto donde la gente ya entiende que los gatos también requieren cuidados cuando están solos. La idea de que el gato es independiente y puede quedarse con agua y comida durante días está desapareciendo”, indicó.
Con instalaciones adaptadas específicamente para gatos —sin jaulas, con feromonas ambientales, áreas de juego y control veterinario 24/7—, Animalarium se consolidó con una clientela fiel desde su apertura en 2020.
El alojamiento animal no solo se requiere en caso de viajes, según aclaró Mena, quien señaló que, en su experiencia, además de los traslados de los dueños, otros motivos recurrentes para el alojamiento de los felinos son las fiestas de fin de año, eventos como fumigaciones en el hogar y, recientemente, también las estadías médicas para animales con tratamientos prolongados, como enfermedades virales o afecciones renales, lo cual ha ampliado aún más su mercado. “Muchos propietarios eligen un hotel no solo por comodidad, sino por el respaldo clínico y el trato personalizado que damos”, sostuvo Mena.
Ambos emprendedores coinciden en un punto clave: el mercado crece más rápido que la oferta calificada. “La demanda está. Lo que falta muchas veces es profesionalización en el servicio”, subrayó Lefimil. A esto se suma la preocupación por establecimientos improvisados que, sin regulación, pueden poner en riesgo la salud y el bienestar de los animales. Casos de mala praxis han generado conciencia entre los propietarios, quienes ahora priorizan la experiencia, la capacitación del personal y las recomendaciones en redes sociales antes de elegir un lugar.
En cuanto al perfil del cliente, si bien hay una fuerte presencia de personas jóvenes —parejas sin hijos o adultos entre 25 y 40 años—, también hay adultos mayores que valoran dejar a sus animales en entornos seguros mientras viajan. La franja etaria se ha diversificado, lo que refleja un cambio cultural más amplio hacia una tenencia responsable y afectiva.
El auge de los hoteles para mascotas en Paraguay no es una moda pasajera, sino la respuesta a una necesidad concreta de un nuevo tipo de consumidor: uno que considera a su mascota como parte integral de su familia y busca para ella el mismo nivel de confort, atención y cuidado que exige para sí mismo. Con un mercado en expansión y cada vez más sofisticado, este sector se posiciona como una de las oportunidades más dinámicas dentro de la industria del bienestar animal.