“Mínimo Común Arquitectura nació a finales del 2016, cuando buscamos nuevas maneras de construir, basándonos en el reciclaje, la reutilización y otros factores”, indicó Benítez, quien comparte el proyecto con Verónica Villate y Sergei Jermolieff.
Un reconocimiento relevante que tuvo el estudio paraguayo hace poco tiempo fue su nominación dentro de los 20 proyectos jóvenes destacados de Sudamérica, un listado elaborado por la plataforma de referencia llamada ArchDaily. “Aunque no estábamos buscando algún tipo de reconocimiento, Mínimo Común Arquitectura trata que sus construcciones tengan un objetivo, en un mundo en el que hay modelos que suelen ser absurdos”, enmarcó.
Además, señaló que en febrero de este año la revista The Architectural Review de Londres seleccionó a Verónica Villate como una de las finalistas del Moira Gemmill Prize en la categoría de arquitecta emergente. Al respecto, Benítez comentó que desde la administración del estudio son conscientes de que los trabajos que hacen tienen un impacto en la sociedad, principalmente aquellos que involucran a comunidades que poseen algún tipo de carencia.
“En el 2019 desarrollamos un proyecto para transformar una plaza en la Chacarita. Hicimos una investigación y encontramos que mucha gente no tenía internet en la zona, por eso creamos un espacio de internet donde los niños hoy pueden hacer sus tareas y los adultos tengan contacto con sus parientes”, afirmó Benítez. Entretanto, añadió que en ese entonces se asociaron con el muralista Oz Montanía, quien hizo un mural con códigos QR, que servía para que las personas interesadas descarguen libros en sus teléfonos.
20 obras, pero algunas de gran envergadura
Por otro lado, el copropietario de Mínimo Común Arquitectura resaltó que a la fecha ya cuentan con 20 obras culminadas aproximadamente, sin embargo, tuvieron construcciones icónicas como la de la Chacarita y las oficinas en la ciudad de Curuguaty. “Construimos una obra en medio del campo con las propias piedras del lugar, lo llamativo fue que el techo tenía un sistema que convertía la lluvia en una cascada y servía para que dentro del lugar sea más fresco”, sostuvo.
Finalmente, Benítez aseveró que la obra en Curuguaty no es un proyecto sustentable por un capricho, sino que Mínimo Común Arquitectura posee un verdadero compromiso con un futuro sustentable, motivo por el cual también intentan reducir costos de la mejor forma posible.