Para empezar, el neuromarketing es la unión entre la ciencia y las técnicas del marketing. Es el estudio del proceso de compra de los consumidores, antes, durante y después de realizarla, así también como la toma de decisiones.
Esta disciplina ayuda a entender mejor el comportamiento del consumidor, incluyendo cómo el cerebro produce la conducta, la aprende, cómo guarda información y cuáles son los agentes externos que lo afectan. También se puede identificar las reacciones conscientes o inconscientes que tiene la persona a través de su actividad cerebral.
Ana Belén Perdigones, directora académica del Máster en Marketing Science y profesora en ESIC Business & Marketing School resalta lo siguiente:“La recopilación de datos fisiológicos contrastados con los datos recopilados por las diferentes técnicas de investigación de mercados y un control de los diferentes estímulos de marketing, permitirán una revisión interna y externa de la percepción del consumidor y los efectos de las estrategias de marketing a seguir. Sin embargo, la complejidad de este procedimiento hace que se necesite un amplio conocimiento para su aplicación”.
Otro dato curioso es que entre el 80% y el 95% de las decisiones de compra son de manera inconsciente, por lo que el neuromarketing ayuda a resolver la gran incógnita y da una mano a los marketeros para crear la estrategia perfecta.
Profundizando un poco más, encontramos tres tipos de vías que no son excluyentes unas de otras, estas serían:
- Visual: Todo lo que ve el consumidor y lo recibe, creando un impacto en la persona, siendo estas más fáciles de ser recordadas.
- Auditiva: Son los sonidos que hacen posible un mejor recuerdo y asociación de una acción publicitaria o que inciden en el entorno del consumidor.
- Kinestésica: Hace referencia a la manera en que podemos influir al consumidor a través del sentido del olfato, tacto o gusto.
La psicología del color, la localización de los productos, los anuncios que despiertan emociones determinadas, entre otros, son claros ejemplos del neuromarketing.
Ahora que ya sabés que existe toda una disciplina que estudia cómo hacer que un producto o campaña atraiga al cliente, animate a implementar para mejorar tus estrategias y conversiones en la empresa.