Haberse formado en el exterior representó un desafío y una satisfacción al mismo tiempo expresó Paloma Machaín, quien ya había trabajado en investigación en Argentina, “a un muy buen nivel, aunque indudablemente, Singapur es un país mucho más desarrollado, con más recursos de infraestructura y equipos para hacer investigación de avanzada”, puntualizó. Sobre todo, teniendo en cuenta que el país asiático decidió destinar casi US$ 18 billones para investigación y desarrollo entre 2020-2025.
Por otro lado, la Nanyang Technological University llegó a estar posicionada en el puesto número 1 a nivel mundial en el área de ciencia de materiales, nanociencia y nanotecnología, física de la materia condensada y fisicoquímica, según el Ranking Global de Mejores Universidades.
“Pertenecer a una estructura académica tan pujante obviamente, trae sus desafíos intelectuales y culturales, pero indudablemente, ejercer la profesión a este nivel también trae inmensas satisfacciones”, ponderó.
Acerca de sus trabajos en nanotecnología y computación cuántica, la doctora en Física indicó que hace ocho años empezó a trabajar en sistemas de baja dimensionalidad, que se considera a aquellos materiales en los cuales una de sus dimensiones es lo suficientemente delgada, de unos pocos nanómetros de espesor, los cuales se fabrican con la ayuda de la nanotecnología.
“Durante mi doctorado en Singapur, estudié sistemas como estos, pero sometiéndolos a muy bajas temperaturas -de alrededor de -268 grados Celsius- y a campos magnéticos muy altos. En particular, fabriqué superconductores ultradelgados y materiales magnéticos ultradelgados”, comentó Machaín.
Acotó que con estos materiales pudo crear estructuras totalmente artificiales, que no se encuentran en la naturaleza, buscando nuevas propiedades físicas, que nos permitan almacenar y procesar información de una manera más rápida y eficiente.
“Dentro de ese estudio encontré que, combinando una cierta clase de superconductores ultradelgados, con ciertas entidades magnéticas llamadas skyrmions, podían formarse unas entidades híbridas, cuya existencia había sido anticipada por físicos teóricos, aunque mi trabajo experimental pudo proporcionar evidencia de su existencia y la manera en que interaccionan”, sostuvo.
Estos materiales presentan un interesante potencial para el desarrollo del hardware de una computadora cuántica. Los resultados que obtuvo de esta investigación son los que le aseguraron el contrato con un gigante tecnológico, que se dedica al desarrollo de hardware en computación cuántica.
Ahora la pregunta es: ¿cuántas personas en el mundo se dedican a este campo? “Estoy en un nicho laboral en el que no hay demasiadas personas trabajando en el mundo. Somos muy pocos los salidos de laboratorios, que trabajan con temperaturas extremadamente bajas, en campos magnéticos altos, y para agregar complejidad, en sistemas de baja dimensión. Pero el problema es que no se abren muchas ofertas laborales en nuestro campo dentro de la industria, y cuando competimos por esa vacante, muchos lo hacemos al mismo tiempo. Las compañías que hacen computación cuántica avanzada, todavía se pueden contar con los dedos”, reconoció.
Un desafío superado
Sin embargo, haber conseguido posicionarse en este rubro no fue fácil. Machaín atravesó la pandemia en un país lejano, lejos de su familia, además ella emigró en el 2010, estudió en Argentina y luego España, por lo cual sintió el desarraigo y el choque cultural.
“La continua pelea interna para vencer mis propias limitaciones, la falta de sueño, la falta de vida personal durante muchos períodos. El entender que el mejor aliado del éxito es el fracaso, el adquirir la conciencia de cuánto uno todavía desconoce. Vivir la enfermedad de los familiares en la distancia, los problemas familiares en la distancia, la muerte de seres queridos”, relató Machaín, entre sus dificultades.
Aunque vivir en distintos países le proporcionó perspectiva, “desde el punto de vista intelectual para mí siempre fue algo necesario el exponerse a otras formas de trabajar en ciencia. Nutrirme de los conocimientos de científicos, en tres continentes diferentes, no solo me proporcionó un conocimiento profundo sobre la física, sino que la interacción con científicos de otras culturas, también me hizo crecer en el ámbito personal, me hizo afrontar los problemas que emergen en el laboratorio y en la vida de una manera distinta”, señaló.
“Estoy contenta de representar con mi sacrificio y mi tenacidad el espíritu de la kuña guapa. Sin duda, el paraguayo diga que la mujer paraguaya es débil, se olvida de su propia historia. Este país resurgió de la nada, del genocidio y la destrucción gracias a la fortaleza física, mental y espiritual de la mujer paraguaya. En general creo que, todos los hombres y mujeres, que todas las personas ordinarias pueden lograr cosas extraordinarias si se lo proponen. Y este lugar en donde hoy estoy, espero que sea un peldaño más en la construcción de una vida profesional profundamente interesante y gratificante, y que sea de ejemplo para todas aquellas mujeres que aspiran a ser científicas.
Por último, Machaín contó que su plan inmediato es trasladarse a EE.UU. para trabajar en computación cuántica, además de seguir creciendo profesional y personalmente, “y no desperdiciar las oportunidades. Me considero una estudiante eterna y espero que la vida siempre me dé mucho por aprender”, concluyó.