La planta, ubicada en un parque industrial de 20 hectáreas dentro de una propiedad de 220 hectáreas totales, cuenta con una capacidad de molienda de 750 toneladas por día. Eso representa entre 220.000 y 230.000 toneladas anuales, equivalentes a prácticamente toda la producción de soja estimada para el Chaco en 2025, proyectada en 200.000 toneladas.
Ricky Penner, gerente general de Pioneros del Chaco SA, detalló para InfoNegocios que esta industria surge como una evolución natural del acopio de granos, cuya planta fue inaugurada en 2023 y ya opera a plena capacidad, con 50.000 toneladas de soja almacenadas. “Estamos recibiendo soja, secando prácticamente el 100% debido a la alta humedad de esta zafra, y preparándonos para comenzar la molienda la primera semana de junio”, explicó.
La visión detrás del proyecto responde a un cambio en la lógica del crecimiento productivo en la región. “El Chaco creció durante décadas de forma horizontal, comprando más tierras. Hoy ya no queda tanto campo disponible, así que la apuesta es crecer en forma vertical: producir más con la misma superficie”, señaló Penner. Eso incluye mayor inversión en tecnología, genética, agricultura y modelos productivos integrados.
La instalación de la planta también reconfigura el perfil logístico del Chaco. Se estima que la operación movilizará entre 13.000 y 14.000 camiones al año, lo que dinamiza toda una cadena indirecta de servicios. En términos de empleo, generará unos 120 puestos directos, además de múltiples oportunidades indirectas en transporte, mantenimiento, agricultura y procesamiento.
“El objetivo es claro: no solo producir materia prima, sino crear valor localmente a través de la industrialización”, remarcó Penner. El aceite y la harina resultantes se comercializarán en un 40% en el mercado local, y el resto se exportará como commodity, cumpliendo con los estándares internacionales de calidad.
Si bien la industria tendrá una escala mediana comparada con los gigantes locales, que procesan entre 3.000 y 4.000 toneladas diarias, su impacto en la región es significativo. “El Chaco produce apenas el 1% o 2% de la soja del país, pero ahora tiene su propia industria aceitera. Eso es un cambio de paradigma”, afirmó el gerente general.
Este impulso también abre posibilidades para nuevos rubros productivos. La disponibilidad local de harina de soja, un insumo clave para la alimentación animal, podría incentivar en el futuro el desarrollo de cadenas de producción de cerdos, aves y huevos. Aunque no existen planes concretos en esta dirección, la empresa vislumbra un ecosistema agroindustrial más diversificado y resiliente.
Sin embargo, el desafío estructural persiste. La infraestructura vial y energética sigue siendo un cuello de botella para el crecimiento del Chaco. “Estamos agradecidos por la reconstrucción de la Ruta Transchaco, la Ruta de la Leche y el avance de la Bioceánica. Pero aún faltan entre 1.000 y 1.500 kilómetros de asfalto para cubrir los ejes principales de la región”, sostuvo Penner. En su opinión, el tramo entre las colonias y Aguadulce debería ser una prioridad nacional.
El acceso al agua también es una materia pendiente. El acueducto actual, diseñado originalmente para consumo humano, ha sido insuficiente para abastecer la demanda industrial y agrícola. En este sentido, se baraja la posibilidad de una mega inversión para la construcción de un canal abierto que multiplique por cien la capacidad de provisión de agua. Aunque es solo una idea en etapa preliminar, se están realizando estudios técnicos para evaluar su viabilidad.
Pioneros del Chaco SA encarna así el espíritu visionario de las cooperativas fundadoras, que históricamente apostaron por el desarrollo de esta región hostil pero fértil. La industria aceitera no solo genera empleo y valor agregado, sino que redefine el rol del Chaco en la matriz productiva del país, con un modelo que promueve la integración agrícola-ganadera y un uso eficiente de los recursos disponibles.
“Este es el camino hacia un Chaco productivo, integrado y moderno. Estamos honrando el nombre de pioneros con hechos concretos”, concluyó Penner.