"Primero se debe considerar el tema de las exportaciones, que estaban teniendo una salida más lenta no solo por el tema de la pandemia, sino también por otros factores externos. Entonces causó que ingresen menos divisas, y la falta de circulante tiende a la suba", afirmó.
Otro factor esencial es la falta de turistas, que también inciden en la caída del ingreso de dólares, ya que no se genera movimiento en el ámbito hotelero, de compras y otros sectores relacionados. Según la Senatur, el turismo mueve anualmente más de US$ 600 millones.
"Como el tercer pilar en esta ecuación, se tiene la estrepitosa caída en los envíos de remesas por la compleja situación económica que viven los compatriotas que residen en el exterior, especialmente aquellos que viven en España, Brasil, Estados Unidos y Argentina, aunque en este último país las dificultades ya vienen de hace tiempo", aseguró.
Esos tres factores internos, que repercuten directamente en la falta de ingreso de dólares, se suman a otros internacionales como que los inversores extranjeros están resguardando sus capitales en Estados Unidos, y también que, al incrementarse el consumo del mercado norteamericano, los dólares retornan a su origen.
Y si esta tendencia alcista se mantendrá durante los siguientes meses, Chamorro señaló que debemos acostumbrarnos a una cotización entre G. 6.750 y G. 7.000, al menos hasta noviembre, cuando se realizan las elecciones de Estados Unidos.
"La tendencia alcista es leve igualmente, pero al vivir en un momento con mucha incertidumbre por el contexto económico mundial, no podemos predecir exactamente lo que sucederá a futuro", adelantó.
Por esto, es recomendable que las empresas y particulares hagan sus proyecciones basados en los niveles máximos (G. 7.000) para evitar sorpresas en sus inversiones, recomendó Chamorro.