El compost o composta es un tipo de abono que se obtiene a partir de la descomposición de ciertos materiales orgánicos por parte de microorganismos bajo condiciones de humedad, temperatura y aireación controladas.
Este material aporta nutrientes, microorganismos y minerales a la tierra y es una alternativa para evitar el uso de fertilizantes químicos en jardines y huertas. Cuando es elaborado de forma correcta debe estar libre de olores y de agentes que puedan causar daño, y según el tipo de materia prima, su proceso puede durar entre tres y seis meses.
Uno de los primeros consejos se refirió al proceso, ya que para lograr este abono lo que se hace es imitar la descomposición natural que ocurre en los suelos, en donde la materia orgánica se va biodegradando para dejar disponibles ciertos elementos y, de esta forma, poder reciclar los nutrientes en los ecosistemas.
¿Qué residuos sirven para las compostas?
A nivel domiciliario solo se aconseja recuperar restos de frutas, verduras, infusiones, entre otros. No así restos de animales, y comidas elaboradas. Los materiales útiles son los ricos en carbono que por lo general están secos y son de color marrón, como hojas, pastos y ramitas secas. También sirven los derivados de la madera, como chips, papel, tubos de papel higiénico, rollos de cocina, y bandeja de huevos.
Por otro lado se encuentran las materias primas que aportan nitrógeno, denominados materiales húmedos, algunos de color verde, como restos de frutas y verduras que no tengan un proceso de cocción o condimentos como sal o aceite. Pueden servir en esta clasificación también los restos de infusiones, té o café, y residuos de podas verdes.
¿Cómo hacer una composta en casa?
Para empezar, se debe activar la compostera colocando un puñado de tierra que aportará un primer grupo de microorganismos para acelerar el proceso de compostaje. Luego, se coloca una primera capa (entre cinco y 10 centímetros) de materiales secos, y posteriormente una capa de materiales húmedos. Se recomienda cortar los residuos para disminuir su tamaño y agilizar el proceso de degradación.
Y como si se hiciera un sándwich, se alterna una capa de materiales húmedos y una capa de materiales secos, y al final se cierra la compostera. Si se desea agregar se debe colocar los materiales húmedos, mezclarlos con lo que ya está en proceso y, luego, cubrir nuevamente con una capa de materia prima seca y cerrar. Esta acción se repite hasta llenar la compostera que queda por varios meses en reposo.
El compost estará listo para utilizarse cuando no podamos identificar el origen de los materiales, se encuentre a temperatura ambiente, tenga olor a tierra mojada, color oscuro y tenga aspecto homogéneo.