El punto de inflexión para FPV fue la inversión superior a US$ 43 millones realizada en 2024, que permitió la ampliación de la planta y la incorporación de un horno de fusión híbrido de última generación, esto elevó significativamente la eficiencia y la capacidad productiva, al tiempo que habilitó la diversificación de formatos y tipos de botellas.
“Esta modernización nos permite aumentar volúmenes, ser más eficientes y responder mejor a las demandas del mercado, que hoy valora mucho la flexibilidad productiva”, explicó Hugo Alonso, gerente de asuntos corporativos de Cervepar. A ello se suma la implementación del régimen de maquila, que aporta beneficios fiscales y productivos, reduce costos y facilita el acceso a mercados externos, fortaleciendo la competitividad de la industria nacional.
Actualmente, el principal destino de exportación de FPV es Brasil, donde abastece botellas retornables de 300 cc, color ámbar, a distintas plantas del Grupo AB InBev ubicadas en Jacareí, Anápolis, Aquiraz y Camaçari. Se trata de centros cerveceros de gran escala que demandan altos estándares de calidad, suministro constante y capacidad de escalamiento.
La empresa trabaja con vidrio reciclado, al respecto Alonso aseguró que una botella puede contener más de 80% de vidrio reciclado, lo que permite reinsertar envases ya utilizados en un nuevo ciclo productivo, optimizando recursos y reduciendo el impacto ambiental.
“La circularidad no se sostiene sin el compromiso de todos. Por eso es importante que la ciudadanía separe correctamente los residuos y opte por envases de vidrio, porque eso permite que el material vuelva a la industria”, subrayó el ejecutivo.
Sostener este modelo a escala industrial, sin embargo, implica desafíos. Entre ellos, Alonso mencionó la necesidad de contar con canales eficientes y estables de recolección de vidrio, coordinar a los distintos actores de la cadena y mantener inversiones constantes en tecnología y capacitación. “La economía circular requiere planificación, articulación y visión de largo plazo para que sea viable ambiental y económicamente”, afirmó.
De cara al 2026, la compañía proyecta exportar alrededor de 20.000 toneladas, principalmente al mercado brasileño, y avanza en negociaciones para expandirse hacia Argentina, Uruguay y Bolivia, mercados que representan un potencial adicional de unas 15.000 toneladas. Desde FPV destacan estar preparados para exportar mayor volumen y llegar a nuevos destinos, respaldados por su capacidad técnica y calidad certificada.
“Este crecimiento demuestra la capacidad de la industria paraguaya para producir con calidad, eficiencia y visión sostenible. Cada botella exportada representa empleo, innovación y el compromiso de nuestra familia Cervepar con el desarrollo del país”, enfatizó Alonso.