Ese sábado, Ogier atrapó el liderato tras imponerse en cuatro de los siete tramos del día. Rovanperä, que había liderado cómodamente, sufrió un pinchazo en el penúltimo especial y se desplomó en la clasificación general.
La última jornada fue una exhibición de control. Ogier arrancó dominando en Bella Vista 1 y mantuvo la distancia hasta la Power Stage final, cerrando una empresa impecable que lo consagra como el primer ganador de esta histórica carrera.
En la premiación, celebrada en el entorno imponente de las Reducciones Jesuíticas de Trinidad, subieron al podio al lado del francés los británicos Elfyn Evans y el belga Thierry Neuville, quienes se colgaron la plata y el bronce respectivamente.
Toyota brilla con fuerza gracias a Ogier: esta victoria marcó el número 102 en el WRC para la marca, igualando el récord de Citroën.
¿Qué papel tuvieron los pilotos paraguayos?
En la categoría WRC 2, Diego Domínguez Bejarano dominó desde el arranque, liderando tras las primeras especiales frente a Yohan Rossel y su compatriota Fau Zaldívar, que también marchó con paso firme. Aunque Domínguez tuvo que abandonar por problemas mecánicos, aún se destacó Fau Zaldívar, quien cerró en el quinto lugar general dentro de la WRC 2, y en la WRC 2 Challenger se sostuvo en el podio con un sólido tercer puesto.
Este Rally dejó huella no solo en lo deportivo, sino también en el tejido social y logístico del país. Más de 400 profesionales de la salud garantizaron atención en campo, con 44 puestos fijos, cinco clínicas móviles, 40 ambulancias, un avión y un helicóptero en operaciones, atendiendo a 174 personas durante la competencia. Además, emergieron preocupaciones valientes como la asistencia a una niña en situación de vulnerabilidad, lo que reflejó la capacidad de reacción del sistema de protección social en plena competencia.
Y no podemos pasar por alto la simbólica entrega de trofeos. Este año, los campeones alzaron un kambuchi rojo, pieza tradicional paraguaya reutilizada como trofeo: un homenaje potente a la tierra roja y a la identidad cultural del país. El gremio artesanal, a través de Sandra Ortega y su familia, presentó un trofeo que, según el presidente Santiago Peña, representa “la fuerza de un pueblo y el legado de nuestra historia”.
En resumen, el Rally del Paraguay debutó con un ganador de lujo, exhibición local en WRC 2, logística impecable y símbolos que hablan de identidad y progreso. Fue el arranque de un evento con potencial icónico a nivel mundial y una gran parada que no pasó desapercibida, tanto en los tramos como en el corazón del país.