En su experiencia, en el sector hotelero es fundamental que los equipos de trabajo se sientan bien en su entorno laboral, ya que esto mejora la calidad del trabajo y promueve la colaboración efectiva.
Desde una perspectiva personal, para Otero sus mayores mentores fueron y son sus padres, ya que de ellos aprendió la importancia de la disciplina, la constancia y la perseverancia. Esta enseñanza se refleja en su enfoque de trabajo, donde se valoran las conexiones reales y las relaciones a largo plazo con todos los stakeholders, evitando el cortoplacismo y buscando siempre acuerdos beneficiosos para todas las partes involucradas.
“Mi visión a largo plazo es trabajar diariamente con un propósito claro y significativo, que tenga un impacto positivo en las personas con las que trabajo y en mi comunidad, que pueda generar un valor mayor que la simple ejecución diaria”, resaltó la ejecutiva.
Asimismo, comentó que, al mudarse a Paraguay sin conocer a nadie, tuvo que aprender desde cero todo lo relacionado al país, logrando también en cada etapa conformar su equipo de trabajo, lo que le genera una gran satisfacción y orgullo en su labor.
Para Josefina, la confianza es el factor más importante: “En un equipo de trabajo, hay que asegurar que haya una comunicación abierta y que todos los miembros del equipo puedan confiar entre ellos, y siempre estar dispuestos a escuchar y resolver problemas en conjunto”, mencionó.
“La preocupación principal de un líder debe ser el bienestar y el desarrollo de su equipo. Es importante la formación continua, las actividades dinámicas y los planes de beneficios adaptados a las necesidades del equipo”, agregó. Por otro lado, habló acerca de la colaboración y la participación de todas las áreas y posiciones para generar ideas y proyectos innovadores.
Como último punto, cree que es posible ser exigente y productivo manteniendo un ambiente positivo y transparente. “La claridad en las expectativas y el respeto mutuo son esenciales para un liderazgo efectivo”, concluyó.