Paz Vera es la joven creadora de Baker Pach, una marca que nació sin plan, pero con propósito: “me desestresaba cocinar”, dijo con naturalidad. “Mis amigas me decían Patch en el colegio. Como mi nombre es tan cortito, no surgía ningún apodo. Jugando con palabras se quedó Baker Pach, una conjugación escrita a propósito mal”, contó.
Fue scrolleando TikTok que Paz descubrió la tendencia brasileña del momento, las famosas frutillas bañadas en caramelo crocante. “Vi un video, le di like y después el algoritmo me inundó con eso”, recordó. Su pareja y compañero en la pastelería, Maurizio Ortiz, no dudó en apoyarla, “Me dijo: ‘yo te consigo las frutillas y probamos’, y así fue”, recordó
Tras una primera prueba exitosa y miles de visualizaciones, el postre explotó en redes bajo el nombre Morango do Amor, con una versión alternativa de mburucuyá incluida. “De 2.300 seguidores pasamos a más de 3.000 en días, y mi teléfono no para”, comentó.
Aunque las frutillas acarameladas roban cámara últimamente, las cookies artesanales siguen siendo el corazón de Baker Pach. Elaboradas con chocolate real (no chips) de una marca nacional, estas delicias tienen identidad propia. “Nos tomamos el trabajo de cortar kilos y kilos de chocolate. Para nosotros, los ingredientes son clave”, afirmó Paz.
Hoy ofrecen nueve variedades fijas más un sabor del mes, además de muffins, tortas en potecito y más. Pero las cookies mandan. Lo vivieron de cerca en San Bernardino, donde abrieron un local temporal durante el verano. “Si preparábamos 150 cookies, a la tarde ya no quedaba ni una”, recordó.
Desde abril, Baker Pach tiene su local fijo en Barrio Jara. Paz sigue al frente de todo: cocina, atención al cliente y redes sociales. Maurizio la acompaña los fines de semana. ¿Planes a futuro? “Queremos crecer, pero sin sucursales. Preferimos mantener la calidad. No queremos que se descentralice la cocina porque ahí es cuando se empieza a perder lo más importante”, señaló.
Eso sí, el plan de volver a San Ber en la próxima temporada está firme. “De cada 10 personas que entran al local, 8 me preguntan si vamos a estar de nuevo allá”, concluyó.
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