La certificación como Empresa B, otorgada a Cervepar, su planta cervecera y la Fábrica Paraguaya de Vidrios (FPV), también alcanza a Pilsen, su marca más emblemática, autorizándola a llevar con orgullo el logotipo de Empresa B en sus envases. Este sello representa un compromiso tangible con altos estándares internacionales en tres dimensiones: desempeño social, impacto ambiental y gobernanza empresarial.
“Para la marca, implica mucho más que una validación externa, es un reflejo del compromiso de evolucionar con responsabilidad, acompañando las expectativas de consumidores que buscan marcas auténticas, transparentes y alineadas con un propósito”, comentó Yle Peralta, brand manager de Pilsen Paraguay.
Este reconocimiento internacional fue el resultado de un largo proceso de transformación interna que involucró a toda la estructura de Cervepar. Desde la redefinición de sus procesos internos hasta la integración de criterios sostenibles en todas sus operaciones, la compañía trabajó para alinear su modelo de negocio con principios que priorizan el bien común.
¿En qué se traduce todo esto para quienes eligen una Pilsen?
En primer lugar, en la certeza de que están apoyando una marca que no solo se dedica a ofrecer un producto de calidad, sino que también trabaja activamente para construir un país mejor. Desde la protección del medio ambiente hasta el respaldo a comunidades locales, Pilsen canaliza sus acciones para generar un impacto positivo real.
“Esta certificación garantiza que detrás de cada Pilsen hay una empresa que trabaja activamente para generar un impacto positivo en el país, cuidando del medio ambiente y apoyando a las comunidades locales. En definitiva, elegir Pilsen es también apoyar un modelo de negocio más responsable y sostenible”, resaltó Peralta.
Pilsen es una marca que acompañó a generaciones de paraguayos por más de 110 años. Esa trayectoria la convierte en una referencia cultural, pero también le plantea el reto constante de evolucionar sin perder su esencia.
Para Peralta, el punto es entender la innovación no solo como desarrollo de producto, sino como una forma de actuar con responsabilidad. “Hoy buscamos ser la cerveza que acompañe a los paraguayos dentro de 100 años más. Y para lograrlo, la sostenibilidad es importante”, expresó.
Este equilibrio entre tradición e innovación se refleja en acciones concretas: cambios en los envases, inversiones en eficiencia energética, y una visión de largo plazo que piensa en las futuras generaciones. “Ser una marca querida también implica ser una marca responsable”, destacó Peralta.
Como parte de su compromiso con la sostenibilidad, Pilsen implementó medidas que buscan reducir su huella ambiental de forma concreta. Un ejemplo es el uso de materiales reciclados en sus envases: las botellas de Pilsen’i están elaboradas con un 83% de vidrio reciclado, y las latas están hechas con aluminio reciclado, lo cual implica una importante reducción del consumo de recursos naturales.
“Además, hace varios años venimos impulsando iniciativas como Reciclarte, el primer festival carbono neutral del Paraguay, que representa nuestra visión de cómo el entretenimiento y la sostenibilidad pueden ir de la mano. Así, cada vez que alguien elige una Pilsen, no solo está disfrutando de una cerveza de calidad, también está brindando por un modelo de consumo más consciente, en el que pequeñas decisiones generan grandes cambios”, indicó Peralta.
La certificación de Empresa B también evalúa el impacto social. En este sentido, Pilsen extiende su compromiso más allá de su cadena de valor. A través de su plataforma CUIDAPY, impulsa campañas sociales como Pilsen contra el Dengue o Canchita de mi Barrio, que apuntan al bienestar comunitario desde diversas perspectivas.
Por otro lado, programas de promoción del consumo responsable buscan concientizar sobre la importancia de disfrutar con inteligencia, asumiendo el rol educativo que puede tener una marca de gran alcance como Pilsen.