Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado un mensaje tranquilizador: aunque el virus se ha propagado a diversas regiones, no hay indicios de que Mpox se convierta en una nueva pandemia global. Aun así, la organización enfatiza la importancia de mantener un control riguroso para prevenir su expansión.
Mpox es una enfermedad zoonótica, lo que significa que se transmite de animales a humanos. El virus pertenece al género Orthopoxvirus, que incluye otros virus como el de la viruela humana.
Históricamente, los brotes de Mpox han sido más comunes en regiones de África central y occidental, donde el contacto con animales infectados, como roedores y primates, es más frecuente. Sin embargo, en los últimos años, se ha observado un incremento en los casos reportados fuera de estas áreas, lo que ha generado preocupación.
La transmisión de Mpox entre humanos ocurre principalmente a través del contacto directo con lesiones cutáneas, fluidos corporales, o materiales contaminados, como ropa de vestir o ropa de cama utilizada por personas infectadas.
Aunque es menos contagioso que la COVID-19, la proximidad física y el contacto estrecho juegan un papel crucial en su propagación. En algunos casos también se ha registrado transmisión a través de gotículas respiratorias en encuentros prolongados cara a cara, aunque esta vía es menos común.
Los síntomas de Mpox suelen comenzar con fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, agotamiento y ganglios linfáticos inflamados, seguidos de una erupción cutánea que generalmente comienza en la cara y se extiende a otras partes del cuerpo.
La mayoría de las personas que contraen Mpox se recuperan sin necesidad de tratamiento específico, aunque en algunos casos, la enfermedad puede causar complicaciones graves, especialmente en niños pequeños, personas inmunocomprometidas y mujeres embarazadas.
En cuanto al tratamiento, no existe una terapia específica para Mpox, pero los antivirales desarrollados para la viruela, como el tecovirimat, pueden ser efectivos. Además, la vacunación con la vacuna contra la viruela humana ofrece cierta protección contra Mpox, lo que es alentador en términos de control y prevención.
La OMS ha estado monitoreando de cerca la situación y ha emitido una serie de recomendaciones para los países afectados. La organización subrayó que, aunque Mpox no se convertirá en una nueva pandemia, el control es fundamental para evitar que la enfermedad se propague y cause brotes de gran escala.
Entre las medidas sugeridas se encuentran la detección temprana de casos, el aislamiento de personas infectadas, el rastreo de contactos y la vacunación de grupos de alto riesgo, como trabajadores de la salud y personas en contacto estrecho con casos confirmados.
Además, la OMS insiste en la importancia de la educación y la concienciación pública. Informar a la población sobre las formas de transmisión y las medidas preventivas puede ser decisivo para limitar la propagación del virus.
En este sentido, las campañas de salud pública deben enfocarse en promover el lavado de manos frecuente, el uso de equipos de protección personal en entornos de alto riesgo y la limitación del contacto cercano con personas infectadas.
La pandemia de COVID-19 dejó lecciones valiosas para la comunidad internacional en términos de preparación y respuesta ante emergencias sanitarias. La rápida identificación de brotes, la colaboración entre países y la movilización de recursos han demostrado ser fundamentales para enfrentar nuevas amenazas a la salud pública. En el caso de Mpox, la OMS dijo que estos principios deben seguir aplicándose para evitar que la situación se descontrole.
Aunque Mpox no se transmite tan fácilmente como la COVID-19, la vigilancia continua es crucial. Las autoridades sanitarias de todo el mundo deben estar preparadas para detectar y responder rápidamente a cualquier señal de aumento en los casos. Además, la cooperación global es esencial para compartir información, recursos y estrategias efectivas de control.
Un llamado a la calma, pero con cautela
Si bien el mensaje de la OMS es tranquilizador, también es un recordatorio de que el mundo no puede permitirse bajar la guardia. La amenaza de Mpox es real, pero manejable, siempre y cuando se mantengan las medidas de control y prevención adecuadas. La vacunación, la educación y la vigilancia activa son las mejores herramientas para proteger a la población y evitar que la enfermedad se convierta en un problema de mayor envergadura.