1. Inyecciones económicas
“Uno de los principales hechos en la economía nacional se dio gracias a la venta de tierras fiscales durante el gobierno de Bernardino Caballero, hecho creó una inyección importante de dinero que permitió hacer algunas inversiones, por ejemplo, pudimos recuperar el ferrocarril. Esto duró muy poco y creó problemas en la posesión de tierras que perduran hasta hoy”, comentó el historiador Fabián Chamorro.
Para el economista Fabrizio Vázquez de MF Economía, los inicios de la década 1920 fue uno de los momentos en los que a Paraguay le fue bastante bien, principalmente por la crisis de producción de algodón que tuvo EE.UU. “Les vendimos a buen precio nuestra materia prima y esto permitió que ingresen divisas al país, fue circunstancial pero importante”, indicó Vázquez.
Continuando con el repaso, Chamorro destacó otro momento histórico para la economía nacional, específicamente el gobierno de Eligio Ayala, quien logró estabilizar y reordenar el Estado. “Saneó la administración pública, lo que hizo que Paraguay tenga un breve momento de oxígeno. Lamentablemente se aproximaba la Guerra del Chaco y no se pudo aprovechar las buenas condiciones para el desarrollo del país”, aclaró el historiador.
En cuanto a la construcción de las binacionales, tanto Vázquez como Chamorro destacaron que fueron las acciones que más beneficiaron al país. Vázquez añadió que la edificación de la represa de Itaipú cambió el volumen y la envergadura de la economía paraguaya, por la complejidad que tuvieron las obras.
Por su parte, Chamorro apuntó que es conveniente recordar la adhesión del gobierno paraguayo al eje de EE.UU. durante la Guerra Fría, por lo que se inyectaba capital al país al igual que a otros que conformaban la región.
2. El histórico desafío del desarrollo industrial
“Paraguay no sustituyó las importaciones debido a que el volumen poblacional era muy limitado, no había incentivos, era una sociedad eminentemente rural y eso retrasó muchísimo su nivel industrial, que ahora está en un nivel incipiente”, mencionó Vázquez.
Sobre el mismo tema, Chamorro recordó a Carlos Antonio López como el primero que mostró preocupación en la creación de industrias, influido por la Revolución Industrial que se daba a nivel mundial, pero tampoco se llegó a algo significativo. “Las industrias empezaron a aparecer durante el gobierno de Alfredo Stroessner, que tiene que ver directamente con la creación de Itaipú”, agregó.
3. Los momentos más difíciles
Vázquez afirmó que la crisis económica del 2000 fue la peor de Paraguay, año en el que el país ingresó a un default selectivo y no generó mayores márgenes de producción. “También hay que considerar el final de la década de los 80, cuando la economía paraguaya tuvo retrocesos luego del crecimiento del 1970, pero esto fue paulatino. Mientras que en el 2000 se combinó la crisis económica con una política, y la muerte de Luis María Argaña empeoró el panorama nacional”, aclaró Vázquez y, a la vez, nombró a la crisis financiera de la década de los 90 como un antecedente importante.
“A mi criterio la peor crisis económica se dio durante la postguerra de la Triple Alianza. Cuando empezó el proceso de reconstrucción nacional, Paraguay no tenía bancos, no tenía sistema de recaudación y las aduanas quedaron en manos de los aliados”, apuntó Chamorro.
4. Panorama actual
“Estos últimos siete a ocho años representan el período de mayor prosperidad económica, se sofisticó la producción agrícola y pecuaria, se abrieron nuevos mercados, se incrementó el valor de las exportaciones, ingresaron más divisas, se diversificaron los sectores, emergió el sector inmobiliario, de transporte, comercio, servicios y telecomunicaciones”, sostuvo Vázquez.
Vázquez, además, destacó que en la actualidad estamos bastante bien, solidificados, con una economía diversificada, con mayores ingresos, usando el potencial de la población que tenemos, con mayores niveles de inversión e innovación, pero con problemas desde la gestión económica del Estado.
Entretanto, Chamorro aseguró que hace tiempo nos mantenemos en la misma situación, sosteniéndonos en las exportaciones de soja y carne, como en el ingreso de divisas gracias a las remesas. “Tenemos una moneda estable, a pesar de que hoy ya estamos con un techo de G. 6.000 por dólar, pero no vivimos en constante inflación en comparación con Argentina u otros países en la región”, concluyó.