Los 11 puertos mueven unas 2.500.000 toneladas de productos, como soja u otros commodities, que generan US$ 1.000 millones de dólares en transacciones, cerca de 5% del PIB, según Ricardo Dos Santos, presidente de la Cámara Paraguaya de Terminales y Puertos Privados del Paraguay (Caterppa).
“La navegación entre la represa de Itaipú y Yacyretá está regulada en su totalidad por ambas entidades. Aguas abajo de Yacyretá hay una serie de 11 pasos, de los cuales cinco se encuentran en un estado crítico e impiden la navegación a menos de 7 pies. Esto realmente afecta al rubro en el aspecto financiero y de navegación”, aseguró.
Esta situación causó que unas 150.000 toneladas de soja queden flotando en el río Paraná, de acuerdo a Dos Santos, esperando que el agua suba. La carga está valorada en unos US$ 45 millones.
Además, existen otras 300.000 toneladas de producto en los puertos, que están aguardando que las condiciones mejoren para navegar hacia su destino final, añadió.
“Nos juntamos con el Ministerio de Relaciones Exteriores para conversar sobre dos puntos fundamentales. El primero es que la Comisión Mixta Paraguayo-Argentina del Río Paraná (COMIP) tenga un representante paraguayo, que hasta el viernes no tenía. Entonces, la Cancillería nos indicó que iba a designar a Manuel Ruiz Díaz, como representante oficial, y esta decisión nos parece sumamente acertada por la importante trayectoria que tiene en el ámbito”, afirmó.
El segundo punto abordado con el MRE fue una solicitud para que las entidades binacionales liberen cierta cantidad de agua que permita mejorar la circulación de las embarcaciones.
Según Dos Santos, en este momento buscan al menos que se encuentren soluciones temporales para que estas embarcaciones no queden varadas y las empresas puedan cumplir con los plazos establecidos.
“Estamos interesados en tener un plan de trabajo liderado por el representante paraguayo de la COMIP, que resuelva a mediano y largo plazo estos problemas de navegación en el Paraná”, manifestó.
Para Dos Santos, si se parte de la base de que el río Paraná es de aguas compartidas, los trabajos de dragado, mantenimiento (extracción de arena, principalmente) y señalizaciones deben hacerse en coordinación con los pares argentinos para que no existan trabas al momento de encarar las acciones.