Carlos Guggiari: “Un empresario debe automotivarse, perseguir sus objetivos y trasladar el sentimiento de éxito a todo su equipo”

Pionero en el suministro de servicios informáticos a través de ParaSoft, Carlos Guggiari aprendió a combinar la actividad empresarial con la dirigencia deportiva –es expresidente del Club Libertad-. La experiencia acumulada le permite hoy compartir sus vivencias en el mundo de los negocios. También se desempeña como gerente de Compumarket

¿Cómo empezó su carrera empresarial?

Inicié mi empresa a finales de los 80, cuando estaba cursando la mitad de la carrera de Ingeniería en la Universidad Nacional de Asunción (UNA). El mundo de la informática empezaba a estar al alcance de los estudiantes gracias al lanzamiento de la PC y mostraba un mundo desafiante para cualquiera que quisiera enfrentarlo.

Fue así que junto con otros tres compañeros decidimos iniciar una empresa de software (desarrollo de sistemas) que la denominamos ParaSoft (Paraguayan Software). Inmediatamente encontramos un enorme interés de muchas empresas que nos solicitaban servicios. Ahí nuestro crecimiento fue exponencial.

¿Qué obstáculos encontró para desarrollarse como empresario?

Cuando empezamos no teníamos capital, y menos asesoramiento. Desde la creación de la SRL pasando por la contratación de profesionales para la formalización de la empresa fue todo muy difícil y engorroso. Nos desenfocaba de las tareas estratégicas y productivas.

¿Cuál considera que es su mayor éxito como empresario?

El mayor logro fue haber encontrado una veta de negocios y focalizarnos en satisfacer esa demanda de manera profesional. Aunque fuimos innovando y reajustando la mira varias veces, siempre nos mantuvimos fieles al concepto de ser una empresa desarrolladora e innovadora en el área de la tecnología. De ahí nuestro eslogan: ParaSoft, Siempre un paso adelante.

¿Qué bondades y defectos tiene el empresario paraguayo?

Los profesionales paraguayos son tan o más capaces que los de la región. Sin embargo, no pueden destacarse con mayor fuerza y en cantidad debido a nuestro entorno, nuestro ecosistema, que les juega en contra, ya que las universidades no cumplen su rol de desafiarlos a la investigación, y de generar incubadoras donde puedan desarrollar sus habilidades para luego lanzarse al mundo empresarial. Las startups paraguayas luchan por encontrar un espacio y captar la atención de capitales que las impulsen en sus inicios.

¿Qué consejo le hubiera gustado recibir cuando estaba comenzando su carrera empresarial y se lo daría a otro empresario ahora?

Lo primero que creo es que nuestra visión de la empresa debería haber sido más regional que nacional. Haber tenido una visión internacional nos hubiera permitido enfocarnos de manera diferente. Siempre tuvimos una visión más local y esto, de alguna manera, limitó nuestras expectativas y enfoques.

Me hubiera gustado recibir consejos y ayuda sobre cómo obtener capital y cómo multiplicar aquella primera buena idea, que tuvimos que desarrollar con granitos de arena puestos uno encima de otro. Eso nos consumió mucho tiempo para poder alcanzar el lugar que hoy tenemos. Pero finalmente logramos crear un grupo de empresas. Nos tomó 30 años hacerlo, pero a lo mejor hoy su envergadura sería mayor si hubiésemos podido arrancar con un capital que nos impulsara.

El empresario actual ¿debe tener alguna formación profesional relacionada con el mundo de los negocios?

Es fundamental que el empresario actual se asesore en el mundo de los negocios. Uno comete errores si no tiene buenas bases, los fundamentos. Arrancar de forma prolija con buenos consejos, con buenos asesores es una tarea que es aparentemente costosa al principio, pero fundamental para poder arrancar con cimientos sólidos.

¿Es el Estado un aliado o un problema para el empresario? ¿Qué le reclamaría?

El rol del Estado es facilitar la creación de la mayor cantidad de empresas posibles. La creación de una empresa siempre trae de la mano la apertura de puestos de trabajo. Además, debe tener una oficina que asesore y ayude a los emprendedores y no estar actuando como un auditor o como alguien que está controlando para llevarse su tajada.

Por otro lado, un empresario joven, que está intentando obtener sus ingresos para sostenerse o para ir pagando las obligaciones que va contrayendo -tanto con contratos con sus clientes como con los inversores que confían en ellos-, deben, antes que nada, automotivarse. Ser empresario es levantarse todos los días y no tener a nadie que te diga si estás haciendo bien, mal o que te aliente. Uno tiene que automotivarse, estar muy bien enfocado, convencido de la misión que tiene y perseguir sus objetivos.

Tal vez debería dejarles a todos los empresarios el siguiente comentario: que busquen siempre en su interior y que confíen en sus capacidades y que no bajen los brazos con facilidad, que todo inicio es difícil. A veces el éxito puede darse mucho más rápido o tal vez en forma más lenta. Pero si uno tiene clara la figura que quiere seguir, debe confiar y levantarse y automotivarse, y trasladar este sentimiento y este pensamiento de éxito a todo su equipo de trabajo,

¿Cuál es su recomendación para mantener a su equipo motivado?

Podemos mantener a nuestros colaboradores motivados mostrándoles que también uno está motivado; y mostrarse optimista. La gente sigue a los líderes, quiere ser parte del éxito y para ello uno debe transmitir confianza, optimismo. Son fundamentales para que un proyecto que se inicia tenga gente que se una, que acompañe y empuje el carro junto con uno.

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