“Existe un gran anonimato de la mujer emprendedora, incluso muchas veces autoimpuesto”

(Por Vanessa Apodaca) Hablamos con Susana García Robles, jefa de la Unidad de Inversión y coordinadora de Iniciativas de Género del BID Lab, quien nos informó acerca del panorama de emprendimiento en la región, durante su visita al país por la séptima edición de WeXchange, la plataforma de encuentro que conecta a emprendedoras STEM de América Latina y el Caribe con inversores.

¿Qué es un emprendimiento y cuál es la diferencia con un negocio emergente?

Un negocio emergente es lo que los inversores llaman “lifestyle”, es decir, un modelo de vida, creado cuando se quiere mejorar la condición económica, que en principio está fundado por alguien con una familia y que quiere quedarse con la empresa de por vida, no tiene intención de venderla y volver a empezar otro negocio, así también, generalmente no usan tantas tecnologías, puede ser una pizzería, un restaurante o una boutique de moda, empresas totalmente imprescindibles para la vida de un país.

Sin embargo, lo que se llama una startup o emprendimiento usa tecnología porque el emprendedor quiere crear una compañía que sea escalable en poco tiempo, a lo mejor comenzó en un país y quiere terminar en toda la región para luego expandirse a todo el mundo, quiere proveer una solución a un problema, a un desafío, como la falta de acceso a las finanzas, a la educación, a la salud, problemas de agua potable, reciclaje, entre otros. La diferencia está en la ambición para crecer, escalar y en el tipo de inversor que se busca.

¿Cómo ve a Latinoamérica en cuanto a emprendimientos?

Latinoamérica en cuanto a emprendimiento está pasando por un increíble momento de crecimiento, por muchos años se creyó que el emprendimiento era algo para las élites, hoy América Latina y el Caribe entendió que esto no viene predeterminado por geografía, condición social o racial, como siempre digo, no tiene ninguna forma o tamaño específico ni idioma. El emprendimiento pasa cuando se le da oportunidad a la gente y se le enseña que puede ser el camino más fácil para crear riqueza para un país, riqueza para el planeta, para la sociedad y sí, riqueza para el emprendedor y los que trabajan con él, sin pedir perdón, porque ser rico no es un pecado, lo que sí es pecado es hacerse rico a costa de otros pasándola mal.

Lo que veo es que el emprendimiento en América Latina y el Caribe está solucionando problemas reales y volviéndose a la vez muy rentable, porque hay inversores que buscan compañías que luego puedan llevar a África u otros lugares que tienen los mismos problemas que esa compañía puede resolver.

¿Cuáles serían los países más innovadores?

Definitivamente Brasil, Argentina, México, Colombia y Chile son los países que hace más tiempo están trabajando en el tema de emprendimiento y venture capital (capital riesgo). Ahora una conoce países como Guatemala, Costa Rica, Jamaica, Barbados, Paraguay, y el emprendimiento está, también la innovación, lo que hace falta, y el grupo BID está súper comprometido en eso, es hacer las conexiones, por eso parte de WeXchange consiste en esto, en hacer todas las conexiones que se puedan, emprendedoras con mentores, con agentes del ecosistema, con inversores potenciales, esto es importante porque la gente que tiene grandes ideas no vive solo en esos cinco o seis países, viven en toda la región y en cualquier parte de esas naciones, lo que hay que hacer es, a través de organismos relevantes como el BID, sacarlos, ponerlos en un escenario y decir “esta es una emprendedora o un emprendedor con un gran mensaje para dar”.

¿Cómo ves a Paraguay en este aspecto?

Lo veo como una tierra fértil, con gente joven de espíritu y de edad y la gente joven nace con tecnología en la cabeza, ya hay un chip y no hace falta tener un iPhone 11 para tener un teléfono inteligente con el que puedas crear tu app, conectar a la gente, vender tu producto, servicio. Observo en Paraguay muchísimo crecimiento del emprendimiento femenino y también masculino en los últimos cinco años.

¿Los emprendimientos son muy diferentes de acuerdo a la región?

No, lo que estoy viendo, y llamo “la nueva marca de innovación América Latina y el Caribe”, es que los emprendedores quieren mejorar sus sociedades, buscan dar acceso a servicio básicos, en México, por ejemplo, hay un gran problema de diabetes en las comunidades más pobres y se quiere hacer barritas con desechos de las frutas que tienen muchísima proteína, para ofrecerlo en vez de las comidas chatarras que lo único que hacen es poner grasa en el cuerpo. Entonces yo no veo una gran diferencia, lo que sí veo es que los desafíos pueden ser similares pero deben ser customizados de acuerdo a las necesidades de cada país, si uno vive en un lugar donde no hay terremotos capaz nunca creará una app de detección de probables terremotos.

¿Cómo ve a la región en cuanto a igualdad de oportunidades?

Hay que seguir trabajándola, mi ilusión y mi sueño es que América Latina y el Caribe termine liderando a otros países que tienen un grave problema en el tema de emprendimiento y de acceso al financiamiento a mujeres, como lo es Estados Unidos, Silicon Valley no es un lugar donde las mujeres se sientan muy acogidas en lo que respecta a tecnología. Yo creo que en cinco a 10 años habrá un gran cambio, iniciativas como las de WeXchange y muchas otras en diferentes países están cambiando la mentalidad, y esta región entiende mucho sobre los desafíos de lograr la igualdad, y los problemas que se tienen cuando no la hay, entonces necesitamos formar emprendedoras con esta mentalidad para que se vuelvan líderes y cambien la sociedad.

¿Cuáles son las barreras que las mujeres deben superar para ser líderes?

Deben hacerse conocer, existe un gran anonimato de la mujer emprendedora, incluso, muchas veces autoimpuesto. Fui testigo en compañías que tenían hombres y mujeres, que los que presentaban sus proyectos al inversor eran siempre hombres, les preguntaba a las mujeres por qué no lo hacían ellas, y me decían muchas excusas como el idioma o la timidez. Entonces lo que les digo es: “No, no te autoimpongas barreras”. Si no hablas bien inglés, estúdialo, y si durante el discurso te equivocas en la pronunciación no importa, al inversor le interesa tu empresa no tu gramática, los hombres sin embargo, no tienen estos complejos.

Otras veces las barreras nos la ponen la sociedad que todavía piensa que el tema familia es exclusivo para la mujer, lo cual es tan importante para la mujer como para el hombre y en sociedades más desarrolladas ya se nota. Es muy triste que en las compañías aún existan los permisos de maternidad solo para las mujeres, ¿y los hombres? ¿Acaso ellos no cuidan  a sus hijos? Las empresas deben brindarnos el apoyo, tiempo y los espacios, como guarderías, salas de lactancia, etc., para que podamos desenvolvernos y volver a rendir al máximo a futuro.

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