“A los visitantes extranjeros les llama la atención la cantidad de estaciones de servicio y de farmacias que ven en nuestras ciudad, principalmente en Asunción”, afirmó María Laura Guaragna, secretaria de relaciones y expresidente de la Cámara de Farmacias del Paraguay (Cafapar), el gremio que aglutina tanto a las grandes cadenas como a las pequeñas y medianas farmacias.
Este es un fenómeno que, si bien tiene su epicentro en Asunción, se está empezando a replicar no solo en las grandes ciudades del interior, sino también en las localidades menores. ¿Sigue siendo este un negocio rentable en las condiciones descritas?
Las estrategias son diferentes dependiendo de la magnitud de las farmacias. Las que pertenecen a las cadenas más conocidas, como Punto Farma, Farmacenter, Farmatotal o Farmaoliva, que además están ligadas a los grandes laboratorios, apuestan a vender no solo medicamentos, sino también perfumería y afines.
Las pequeñas y medianas, por su parte, fortalecen el aspecto humano y la atención para lograr la fidelización del cliente. “Ofrecemos conocimientos científicos adquiridos en la facultad. El cliente se siente sostenido y acompañado, porque le damos un buen asesoramiento en medicamentos. Esa es la diferencia que ofrecemos, esa es nuestra fortaleza”, dijo Guaragna.
La profesional especificó asimismo que la variable etaria también juega un rol decisivo a la hora de preferir una u otra modalidad de negocio. “Los jóvenes prefieren el delivery, el inmediatismo, pero la gente que ya pasó los 40 años de edad quiere tratar con el profesional farmacéutico, quiere que se le explique. El joven es del ya y de redes sociales, mientras que nosotros tenemos una diferencia, que es la atención personal de profesionales químicos farmacéuticos, graduados universitarios”, agregó.
Guaragna reclamó también una distribución homogénea de las unidades farmacéuticas, a las que calificó de centros de atención primaria, catalogadas así incluso por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Somos el amparo y el refugio de la población. Nosotros vemos a la farmacia con criterio profesional y no comercial, porque el medicamento es un bien social. Existe una normativa ministerial de distancia (cuya vigencia está en suspenso) que establece que las farmacias deben estar al menos a 200 metros unas de otras. Creemos que las autoridades deben hacer cumplir esa disposición”, remarcó.