¿Cómo empezó su carrera empresarial?
Trabajé durante 10 años en el Banco Unión, como empleada bancaria y esta empresa la iniciaron mis padres. Cuando se liquidó el Banco Unión yo ingresé a la empresa familiar, hace 24 años. Lo hice de manera temporal porque quería seguir mi carrera bancaria pero me encontré con un mundo totalmente diferente y me quedé.
¿Qué obstáculos encontró para desarrollarse como empresaria?
El principal obstáculo es que no tenía idea de lo que era la gestión gastronómica. Conocía mucho de números pero gerenciar la parte gastronómica, manejar equipos de personal de salón, de cocina, era totalmente desconocido para mí.
¿Cuál considera que es su mayor logro como empresaria?
La pasión que le tenemos a esto. El éxito no es mío sino de todo un equipo, del directorio, de nuestros empleados, Y, sobre todo, haber trabajado de forma constante y honesta.
¿Qué consejo le hubiera gustado recibir cuando estaba comenzando su actividad empresarial y se lo daría a otro empresario?
Me hubiera gustado que me enseñaran a delegar. Eso me costó. Nosotros trabajamos de lunes a lunes y me cuesta delegar. Mi consejo sería ese, aprender a delegar.
¿Qué bondades y defectos tiene el empresario paraguayo?
Puedo hablar de nosotros. Somos una empresa familiar y con los empleados conformamos una familia. Los empresarios generalmente no se involucran con su personal. En nuestro caso les tomamos como familia, reconocemos el trabajo que hacen y que sin ellos nosotros tampoco íbamos a llegar a ser lo que somos. Como defecto podemos decir que somos muy exigentes en todo. Exigimos compromiso, calidad, que todo sea perfecto. Pero buscar el perfeccionismo a veces puede ser un defecto.
El empresario actual ¿debe tener alguna formación profesional relacionada con el mundo de los negocios?
Hoy día tienen que tener una formación profesional relacionada al mundo de los negocios. Y ligada un poco a la parte de leyes y a la formación financiera y de contabilidad. Hay mucha exigencia y la dinámica de los negocios está cambiando día a día y hay que estar siempre actualizado. Y no quedarse solo con el título universitario sino tratar de hacer alguna maestría o posgrado, sin necesidad de salir al exterior. Tenemos muy buenos posgrados en el país.
¿Es el Estado un aliado o un problema para el empresario? ¿Qué le reclamaría?
Los que trabajamos en lo que nos gusta ponemos pasión y no nos preocupamos por (lo que haga) el Estado. Pero me enfocaría en los locales gastronómicos que no tienen control. Yo como gastronómica le reclamaría al Estado lo de los informales, que es lo que nos afecta mucho, la falta de control. Porque tenemos muchas exigencias de documentos, con todos los ministerios, instituciones que nos controlan permanentemente.
¿Un libro que todo CEO o gerente general debería leer al menos una vez en su vida?
A mí me marcó mucho Padre Rico, Padre Pobre, de Robert Kiyosaki y Sharon Lechter. También le recomiendo a mi hijo que se está iniciando en esto. Le regalé el que es para adolescentes y ahora el dirigido a adultos. Ese es un buen manual de cabecera.
¿Cuál es su recomendación para mantener a su equipo motivado?
Nosotros trabajamos muy de cerca con nuestros empleados. Tenemos un contacto permanente con ellos, escucharles, reconocer sus logros, hacerles sentir que son parte de la empresa. Ser flexibles cuando piden permisos familiares, porque para nosotros la familia es lo más importante.
¿Cómo lidia con el estrés que causa la actividad empresarial?
En primer lugar creo que uno tiene que tomarse su tiempo. Todos los días, temprano, hago alguna actividad física y vengo con la mente bien despejada y trato de conectarme al trabajo después de las 9:00. Tomar las cosas de la mejor manera posible, y cuando surge un problema, sentarse y pensar, y luego tomar una decisión, que no sea apresurada.