Según Espínola, la retracción económica generada tras el paro de las actividades en general trajo consecuencias al sector de créditos, al igual que en otros sectores económicos. Sin embargo, “llamativamente, el efecto fue más severo en las ventas o en la concesión de créditos, más que en las cobranzas de los compromisos asumidos”, destacó.
“Definitivamente sí esperamos una mejora importante (para el segundo semestre) y, de hecho, los números de cierre de junio y el arranque de julio nos indican que eso es muy posible. El futuro lo veníamos viendo con mucho optimismo, antes de la pandemia, pues hemos trabajado en Crecer −que nuclea a 25 empresas crediticias− con el Banco Central del Paraguay (BCP) para la inscripción de las empresas crediticias (conocidas como casas de crédito), al registro habilitado por el ente regulador, además de otras medidas que entendemos fortalecerán al mercado de créditos de consumo, permitiendo una mayor transparencia y salud financiera”, manifestó.
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El titular explicó que, gracias a este trabajo en conjunto con el BCP, las empresas crediticias se insertan oficialmente en el sistema financiero sumándose a las financieras, bancos y cooperativas como entidades reguladas.
Con esto, se alinean con las normativas de prevención de lavado de activos establecidas por los organismos multilaterales, de acuerdo a Espínola.
“Como todos los sectores de la economía, la reinvención es la regla. Mediante mucha creatividad se aceleraron todos los procesos de instalación de nuevos productos, más agiles y mejor adaptados al cliente. Principalmente mediante la incorporación de tecnología digital, que desmaterializa los documentos y evita el traslado de los clientes, y en general el contacto presencial”, expresó.
Espínola resaltó que buscan ser un jugador central en la entrega de créditos para los sectores menos robustos de la sociedad y también para aquellos más solventes. Además, al trabajar con capital propio, “las empresas crediticias pueden brindar una respuesta más ágil a las solicitudes y esta rapidez se incrementará si el Gobierno decide disponer fondos para líneas de créditos para los ciudadanos”, señaló.
Movimiento del rubro
En su momento, se habló que el sector mueve unos US$ 500 millones anuales, y sobre esto el titular indicó que, si bien es cierto, solamente con un repunte significativo en el segundo semestre se podría acercar a este valor.
“En la central de riesgo Bicsa, que hemos formado entre algunos de los miembros de Crecer y que atrajo luego a muchas empresas crediticias (casi 80 a la fecha), tenemos 650.000 clientes con historia crediticia bien documentada”, declaró.
Por último, el directivo indicó que se deben unificar los esfuerzos públicos y privados para salir adelante en este momento difícil y que todos los ciudadanos deben cuidar las medidas sanitarias para evitar cualquier tipo de retroceso en las fase.