Las casas de crédito formales celebran regulación del BCP (las informales no)

La semana pasada, el Banco Central del Paraguay (BCP) comunicó la inclusión de las casas de crédito como sujetos de la Ley de Bancos. Entonces, ante la regulación inminente –desde el 2020–, nos preguntamos qué piensa el segmento de esta decisión, y la respuesta es: “El sector formal, que cumple las obligaciones tributarias y legales, celebra”, comentó Luis Montanaro, secretario general de la Cámara de Empresas Crediticias (Crecer).  

“Vemos como algo positivo que el sector tenga una regulación. Ahora esperamos que esta se adecue a las características de nuestro negocio, y que todo se encuadre en un marco en el que la entidad reguladora (BCP) tenga conocimientos absolutos de nuestros manejos, para regular con eficiencia. Si bien tenemos similitudes con los bancos o financieras, nuestras operaciones y estructuras son distintas”, afirmó.  

Uno de los elementos distintivos, según Montanaro, son los usuarios que utilizan el sistema que al no ser tenidos en cuenta por otras entidades financieras, por factores relacionados al riesgo, hace que aumenten los costos de las operaciones, y más aún cuando el dinero prestado proviene de fondos propios de los inversionistas o de préstamos multilaterales.

“Trabajamos con nuestro capital y tomamos préstamos o emitimos deudas bajo nuestro propio riesgo, pero no emitimos más de 2 o 2.5 veces nuestro patrimonio. En cambio, la banca está apalancada con hasta 8 veces su patrimonio, y esto incide en la diferencia de volumen de operaciones”, aseguró.

También declaró que el costo del dinero bancario está en torno al 4% anual aproximadamente (lo que cuesta al banco el dinero que presta), y que ellos tienen una tasa tope del 36% (redondeado), es decir, hasta 9 veces su costo. Aunque, Montanaro aclaró que existen operaciones con tasas más bajas.

“Nos imponen el mismo límite (36%), pero nuestro costo está en torno al 15%. Muchas veces las personas aluden a que las casas de crédito manejan enormes tasas de interés o que son informales, pero esto no condice la verdad”, subrayó.

Para el directivo “las casas de crédito reciben este tratamiento injusto, pero no se ve que nuestras compañías se encuentren entre las mayores aportantes del fisco, la mayoría cotiza en bolsa, cuentan con estructuras eficientes de seguridad, son generadoras de empleo y complementan la oferta del sistema financiero”, enfatizó.

Cifras

Sobre la cantidad de casas de crédito en el mercado, Montanaro estimó que según datos de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), existen 150 empresas que se dedican al rubro.

Pero las 25 empresas más grandes en cantidad de operaciones y carteras, son miembros de la Cámara de Empresas Crediticias (Crecer), que manejan un 80% del mercado paraguayo, confirmó el empresario.  

En cuanto al movimiento de dinero, Montanaro agregó que hace aproximadamente un año, en reunión con miembros de un organismo multilateral, se les consultó qué volumen manejaban, y haciendo una estimación determinaron que era cerca de US$ 500 millones. Esta cartera es la sumatoria de la deuda de los clientes con las casas de crédito agremiadas, resaltó.

De igual forma, añadió que la cartera estaría compuesta por un promedio de 300.000 usuarios.

Boom

Las casas de crédito existen hace décadas, pero su fortalecimiento se registró cuando empezó a regir la ley que regula el tope de las tasas de interés en las tarjetas de crédito, en 2015, según Montanaro

“Esto hizo que los costos no cierren para las entidades financieras, que tuvieron que desafectar a los usuarios de su sistema, y estos pasaron a utilizar los servicios que brindan las casas de créditos”, acotó.

Información vital

Por último, para centralizar la información del rubro, Crecer apuesta a la creación del Buró de Informaciones Comerciales SA (BICSA). “Es una central de riesgo y sirve para que todas las empresas asociadas ofrezcan información de sus carteras y se evite el sobreendeudamiento de las personas”, concluyó.

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