"Es una de las mediciones globales más importantes a nivel global, que mide el entorno propicio de un país con relación a la inclusión financiera. Este año mejoramos nuestra puntuación con respecto al año anterior, ya que de una escala de 100 puntos logramos obtener 60 puntos, unos 5 puntos más que en 2017", expresó Adriana Insaurralde, directiva de la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera.
El estudio establece un modelo para un entorno propicio para la inclusión financiera en cinco aspectos, que son: Políticas públicas; Estabilidad; Productos; Protección del consumidor; Infraestructura.
En el Microscopio se destaca la labor que se viene realizando con la ENIF desde el 2014 hasta 2018, y se menciona la importancia que tendrá la presentación del nuevo programa que corresponde al periodo 2019-2023.
De acuerdo a Insaurralde, esta inclusión financiera no solamente se rige a la introducción de personas al sistema bancario, sino también a otros actores como cooperativas e incluso a entidades no bancarias como las telefónicas.
Si nos ponemos a ver la situación regional, subimos un puesto en el ranking, ya que ahora nos ubicamos en el lugar 8.
“Todos los puntos analizados nos dan un rumbo a seguir, pero nos inspira que se destaquen los avances que se vienen haciendo en materia de inclusión financiera”, indicó sobre el trabajo que vienen gestando entre el sector público y privado.
Análisis del estudio
Según el informe, la inclusión financiera en el país ha avanzado significativamente a través del acceso ampliado a los servicios financieros, especialmente, a través de la proliferación de medios de pago electrónicos.
La clave de este tema está en la diversidad de entidades privadas involucradas en el desarrollo de la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), incluyendo bancos, instituciones financieras no bancarias, empresas de telecomunicaciones, empresas de seguros y cooperativas.
“Desde que se unió a la iniciativa “Better than Cash” en 2017, el Gobierno paraguayo también ha enfatizado en la importancia de la digitalización de los pagos, tanto del Gobierno a programas sociales, como de las personas y empresas al Gobierno”, afirma.
Señala que según el Global Findex de 2017, el 29% de los adultos en Paraguay, posee una cuenta de dinero móvil, muy por encima de los niveles de otros países de América Latina.
Con respecto a las barreras, menciona que “los entes reguladores paraguayos no recopilan información periódica sobre la demanda de productos y servicios financieros, lo que podría obstaculizar la innovación, la competencia y la prestación adecuada de servicios financieros que mejoren el bienestar de los grupos sociales más vulnerables”.
Además, que los servicios de dinero electrónico a través de teléfonos móviles siguen siendo poco accesibles con su 4% del total del monto transferido, y que falta fortalecer el segmento de microcréditos, un producto bastante requerido en nuestro país, incluso como fuente de financiamiento para negocios.