"En aquel famoso desafío -explica Braidot a InfoNegocios- se buscaba una evaluación sensorial (gusto) y la mayoría prefirió el sabor de Pepsi por sobre Coca. Pero la acción no se tradujo en ventas porque la segunda marca es fuerte en lo emocional, y por más que no se prefiera el sabor, en el cerebro se activan otras áreas relacionadas con los recuerdos y la construcción del producto, que finalmente son las más importantes a la hora de tomar la decisión de compra", explica.
El especialista subraya que las empresas deben entender que un producto no es más lo que sale de una línea de producción, sino lo que construye el consumidor.
"Lo que convence es todo aquello que apunta a la memoria positiva y el neuromarketing se encarga de detectar aquellas cosas que activan lo emocional, para satisfacer la necesidades, para dar con el principio de decisión que surge desde el inconsciente, y que culmina con un proceso que tiene lugar en el consciente, donde se cruza con otras variables reales: restricción presupuestaria, facilidad del proceso de compra, etc", culmina.