"La dirección de la propuesta de reactivación económica me parece correcta porque la inversión privada se retrae y el consumo también lo hace por el shock de oferta y demanda. En estos casos claramente la inversión pública debe tomar el control y canalizarse en obras de infraestructura y viviendas, por el efecto multiplicador importante que tienen estas actividades", expresó el presidente del Club de Ejecutivos del Paraguay, Yan Speranza.
Como ya es público, el Ejecutivo está trabajando en una Ley de Reactivación Económica que rondará por los US$ 2.000 millones y US$ 2.500 millones y se concentrará principalmente en ampliar los subsidios para trabajadores informales y con suspensión de contrato, mayor inversión en obras públicas y construcción de viviendas.
Para Speranza, apostar a la inversión en obras no solamente genera mayor empleo, que será el problema central a solucionar durante la reactivación, también desarrolla infraestructura que actualmente el país requiere para ser más atractivo para las inversiones. "El problema es encontrar de dónde financiar el paquete de reactivación económica, porque estamos hablando de una mayor inversión de la que teníamos prevista. No tenemos demasiadas opciones, por supuesto que debemos hacer un plan de racionalización importante, pero probablemente tendremos que financiarnos con deuda por una razón práctica", manifestó Speranza.
El titular del CEP afirmó que la reforma de las compras públicas, del servicio civil o del sistema de salud permitirá generar ahorro pero en el mediano plazo. Por otro lado, subrayó que hay una serie de medidas para que el Estado mejore las condiciones de gestión de negocios y citó como un ejemplo de dificultad las trabas que existen para inscribirse en el registro público y comenzar un emprendimiento.
"La discusión sobre el papel que deben cumplir los estados volvió a resurgir con mucha fuerza con la pandemia y me parece que nos dimos cuenta de que el nuestro es uno prolijo en términos de manejo macroeconómico, por eso conseguimos un crédito de US$ 1.000 millones a una tasa de 4,95% de interés, prácticamente a grado de inversión. La parte negativa es que el Estado paraguayo no es capaz de entregar subsidios de forma ágil porque no sabe a quién entregarlos, por dar un ejemplo", enmarcó.
Asimismo, Speranza dijo que otros temas que deben ser abordados durante la reactivación tienen que ver con el déficit de recaudación que posee el fondo de salud de IPS, el mejor manejo de las compras públicas y cómo encarar las negociaciones sobre Itaipú.
Quizás te interese leer: ¿Qué ocurrirá con el déficit del fondo de salud del IPS?
Desafíos para sector privado
"Cuando tenés mayor capacidad de innovación, diversificación, grado de formalidad y talento, tu capacidad de resiliencia es mayor. Pero empresas del sector del turismo y la gastronomía igualmente cerrarán, aunque hayan sido altamente competitivas porque la pandemia fue algo excepcional", sostuvo Speranza, quien además indicó que para esta nueva etapa, el sector privado tendrá que encontrar más cohesión para exigir que los procesos de reforma del Estado se den de manera más acelerada.
La reactivación en la región
A nivel regional, los gobiernos están buscando alternativas para implementar sus planes de reactivación, en el caso chileno, el gobierno de Sebastián Piñera evalúa un Fondo COVID-19 de US$ 10.000 millones, sin embargo, un grupo de 16 economistas de diferentes tendencias políticas presentaron a la Comisión de Hacienda una propuesta de US$ 12.000 millones de dinero fresco provenientes de deuda y del Fondo de Estabilización Económica y Social (Fees) para ser gastado en subsidios familiares, productivos y en inversión en obras públicas.
Por su parte, Uruguay planea reactivar la economía a través de la inversión privada, ya que el COVID-19 está prácticamente contenido. Tan solo en los últimos días unas 200 empresas argentinas habrían solicitado al registro de sociedades uruguayo la posibilidad de radicarse en el país por el anuncio de Lacalle Pou de disminuir la residencia fiscal de US$ 1.7 millones a US$ 500 mil.
Entretanto, Uruguay acaba de recibir un crédito de US$ 1.400 millones para financiar sus medidas económicas, de los cuales US$ 400 millones serían canalizados en garantías superiores a los US$ 2.600 millones en préstamos a empresas afectadas por la pandemia.
Por su parte, Perú ya puso en marcha su plan económico basado en inversiones realizadas desde los gobiernos locales, créditos a mipymes y subsidios. El gobierno de Martín Vizcarra estima que para esta semana iniciarán un proceso de recuperación de 500.000 empleos y la economía del país volvería a trabajar en un 80% de su capacidad total.
Las claves de la reactivación peruana son: la ampliación de subsidios, créditos con intereses bajos e inversión pública. Recordemos que el plan peruano para afrontar el COVID-19 contempla US$ 25.000 millones, de los cuales US$ 8.500 millones corresponden a la fase de reactivación.